La Fiesta del Maestro Ecuatoriano que estableció el presidente Dr. Alfredo Baquerizo Moreno, por decreto ejecutivo del 29 de mayo de 1920, para la celebración anual del 13 de abril, coincide con la rememoración de los nacimientos de Juan Montalvo, escritor tungurahuense (1832), María Gamarra de Hidalgo, luchadora liberal riosense (1846) y de Quintiliano Sánchez Rendón, periodista y académico quiteño (1848).

En igual forma, con la fecha de la muerte del jurista y maestro quiteño Luis Felipe Borja Pérez (1912). E invita a recordar la obra cultural, científica y cívica de quienes son considerados valores cumbres de la docencia patria: Federico González Suárez (quiteño, 1844-1917), Santo Hermano Miguel (cuencano, 1854-1910), Víctor Manuel Peñaherrera Espinel (ibarreño, 1865-1930) y Pío Jaramillo Alvarado (lojano, 1884-1968).

Pero la celebración magna del magisterio igualmente permite exaltar a quienes forman el gran conglomerado que con desinterés y abnegación hacen del trabajo docente un verdadero apostolado en los colegios y  escuelas urbanos, suburbanos, rurales, y también desde la cátedra universitaria y otras funciones afines a la enseñanza.

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En esa línea de evocación no podemos olvidar la obra de maestros que la comunidad guayaquileña, tales los emblemáticos nombres de Pedro José Huerta, Rita Lecumberri, Mercedes Moreno Irigoyen, Esperanza Caputi, Francisco Huerta Rendón, Amarilis Fuentes, Juan Benito Orellana, Emma Esperanza Ortiz, Homero Velarde, Ángel Andrés García, Blanca Arce de Salcedo y miles de educadores más que tienen el perpetuo homenaje de sus conciudadanos.

El ex presidente José María Velasco en torno a esta celebración dijo: “Sea, pues, vuestra fiesta, como aquí se ha dicho con razón, la fiesta de la Patria. La Patria necesita de vuestro amor. Mientras más amenazantes sean las nubes que envuelven al horizonte de la Patria, más necesita ella de nuestra consagración, de nuestro amor, de nuestra afirmación valiente y rotunda...”.