Miles de personas siguen en la ciudad andaluza de Sevilla las procesiones de Semana Santa, que mezclan el recogimiento y el fervor popular, en los actos de mayor colorido de toda España.
 
Sevilla vivió este viernes una vibrante "Madrugá" (madrugada) de Viernes Santo con sus seis cofradías desfilando por las calles del centro de esta ciudad del sur de España.
 
Minutos después de la medianoche comenzaron las procesiones con la salida de la cruz de guía de La Macarena, a la que siguieron las cofradías de El Silencio, el Gran Poder, Los Gitanos, la Esperanza de Triana y El Calvario.
 
La "Madrugá", el punto álgido de la Semana Santa sevillana, está llena de plasticidad y contrastes entre estas seis hermandades, que llevan doce pasos y están acompañadas por más de 10.000 nazarenos.
 
Estas seis hermandades se distribuyen entre las de recogimiento, que desfilan en silencio o acompañadas de música de capilla y con sus nazarenos vestidos de negro riguroso, y las "de barrio", cuyos pasos se mecen al ritmo de marchas procesionales, con sus Vírgenes a veces jaleadas al grito de "guapa, guapa" y otras bañadas de pétalos de rosas desde los balcones.
 
Este año se vive la "Madrugá", que paradójicamente se prolonga hasta bien entrado el día, con una especial expectación en Sevilla, puesto que en 2004 las lluvias impidieron la salida de todas las cofradías salvo la Esperanza de Triana.
 
Pero no solo en Sevilla se vive la Semana Santa, ya que miles de procesiones de todo tipo, desde las más religiosas hasta las que ponen el acento en aspectos lúdicos, desde las que van acompañadas por el silencio más sobrecogedor hasta las que están rodeadas de música y bullicio, recorren los pueblos y ciudades de España.
 
Así, en las localidades de La Ventilla y Castañares (Burgos) organizan un original "Vía Crucis con los crucificados del siglo XXI".
 
En el mismo, en cada una de las 14 estaciones que reviven la pasión de Cristo se recuerdan situaciones actuales de dolor, como la violencia doméstica, el cierre de empresas y los accidentes laborales.
 
El municipio de Agreda (Soria, centro) se caracteriza por exhibir réplicas de los trajes de la corte de Felipe IV (siglo XVII) en la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo a cargo de la Cofradía de la Veracruz.
 
En la ciudad castellana de Valladolid, en cuyo Museo de Escultura se custodian algunos de los más importantes pasos procesionales de la imaginería castellana, desfilan 32 pasos de 19 cofradías, cuyos miembros asisten al mediodía al Sermón de las Siete Palabras, en la Procesión General de la Pasión del Redentor.
 
La capital española tampoco es ajena a las celebraciones de la Semana Santa y su procesión del Jesús Nazareno de Medinaceli, que sale de la Basílica del Cristo de Medinaceli a últimas horas del Viernes Santo, inunda las calles del centro de Madrid de miles de fieles.
 
El aspecto penitencial del Vía Crucis se vive intensamente en la ciudad castellana de Avila, en donde más de 10.000 penitentes recorrieron los dos kilómetros que tiene el perímetro de su muralla medieval durante la madrugada del Viernes Santo en compañía del Santísimo Cristo de los Ajusticiados.
 
Celebrar la pasión de Cristo con una representación de figuras vivientes también es una forma muy tradicional de vivir la Semana Santa en España y son numerosas las localidades donde se realizan.
 
En la región norteña de Navarra se desarrollan dos de las más originales, las celebradas en las localidades de Andosilla y de Corella.
 
En la pasión viviente que se representa desde hace quince años en Andosilla toman parte alrededor de 60 personas para revivir las últimas horas de la vida de Jesús, si bien son muchos más los vecinos de la localidad que colaboran de distinta manera.
 
La de Corella es considerada como la más singular ya que con un total de mil intervinientes incorpora a los pasos tradicionales, más de una docena, distintas escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.
 
Además, cuenta con penitentes anónimos que durante más de dos horas caminan descalzos y encadenados, imágenes que se repiten en este Viernes de Pasión en numerosos puntos de toda la geografía española.