El internacional venezolano Juan Arango, del  Mallorca, recobró ayer la conciencia y no se teme por su vida, tras el golpe que sufrió el domingo durante el juego entre su equipo y el Sevilla (0-1), que le causó una fractura del hueso malar.

El delantero, de 24 años, “sigue ligeramente desorientado, no sabía dónde estaba ni lo que había pasado, pero ha ido recuperando la conciencia y orientación en las siguientes horas sin ningún signo ni detalle de alarma”, señaló en rueda de prensa el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos de la policlínica Miramar, Fernando Barturen.

El jugador ingresó la noche del domingo en el centro médico después de una dura entrada con el codo del defensor sevillista Javi Navarro, en el minuto 41.

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Arango cayó fulminado al suelo, perdiendo la conciencia, y el miedo se instaló en el estadio por sus movimientos espamódicos.

Los doctores del Mallorca lo reanimaron en el campo e hicieron lo necesario para prevenir que no se tragara la lengua, tras lo cual fue rápidamente transferido al hospital con un traumatismo encefálico y facial.

Paro respiratorio
“En una fase inicial, la vida de Arango sí corrió peligro. Es evidente porque su cuadro clínico fue grave y lo sigue siendo, dentro de su mejoría”, reconoció ayer el jefe de los servicios médicos del Mallorca, Joan Pericás.

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Arango, que llegó a tener un paro respiratorio, padeció una rotura del hueso malar superior derecho, así como un corte con desgarro del labio superior, que requirió sutura.