Un grupo de eminentes personalidades nombradas por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, alertó hoy de la persistencia de actos de racismo y xenofobia en el mundo, y reclamó a los Estados que atajen ese tipo de manifestaciones.
 
Los miembros de ese grupo especial de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU son el príncipe El Hasan bin Talal de Jordania, los ex primeros ministros finlandés Martti Oiva Kalevi Ahtisaari, polaca Hanna Suchocka y tanzano Ahmed Salim Ahmed, así como la relatora de la Conferencia mundial contra el Racismo, la brasileña Maria Santos Roland.
 
 Las cinco personalidades expresaron su "profunda preocupación a la vez por las continuadas manifestaciones de racismo y xenofobia tanto institucionales como multitudinarias" en varias regiones del mundo.
 
Apuntan que para hacer frente a esos actos contrarios a los principios de los derechos humanos se necesitan "renovados esfuerzos, tanto internacionales como nacionales".
 
Recuerdan que en 2006 tendrá lugar precisamente la revisión de la declaración y del programa de acción adoptado en septiembre de 2001 en la Conferencia contra el Racismo celebrada en Durbán (Sudáfrica).
 
Las cinco personalidades exhortan a los Estados que todavía no lo hayan hecho a ratificar cuanto antes el Convenio para la eliminación de todas las formas de Discriminación Racial durante este año, conforme a las recomendaciones de la Conferencia de Durban.
 
Destacan además la necesidad de impulsar la educación y las campañas de sensibilización de la opinión pública sobre los "efectos positivos de la multiculturalidad y la tolerancia" en la lucha contra la discriminación.
 
"La educación es una herramienta esencial para la asistencia a las víctimas de la discriminación" y para superar su situación, apuntan las eminentes personalidades.
 
Invitan además a los Estados a dedicar más recursos en sus presupuestos contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia.
 
Ese grupo de personalidades nombrado por Annan celebró esta semana tres días de reuniones en Ginebra acompañado por la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la canadiense Louise Arbour.