El mexicano Marco Antonio Solís se convirtió en la máxima expresión de la 46 edición del Festival de la Canción de Viña del Mar, en cuya jornada de clausura simplemente arrasó e hizo que el público, principalmente femenino, perdiera toda la compostura.
 
Una decena de mujeres debieron ser atendidas en los puestos de primeros auxilios instalados en la Quinta Vergara tras sufrir desmayos o caídas durante la hora y 55 minutos que Solís estuvo en el escenario.
 
Desde el comienzo, con "Invéntame", el público coreó todas las canciones que Solís interpretó, entre las que destacaron también "Mi Mayor sacrificio", "O me voy o te vas", "Si no te hubieras ido", en un espectáculo que alcanzó una sintonía en línea de 62 puntos, según los responsables de la transmisión televisiva.
 
"Jamás voy a olvidar esta noche, muchas gracias de este humilde servidor", dijo Solís tras bajar del escenario con una Antorcha de Plata, una Antorcha de Oro y una Gaviota de Plata con que fue galardonado a lo largo de su presentación.
 
Pero el paroxismo llegó después, con una rechifla que se prolongó por otros 50 minutos de parte de la gente, que lo quería de nuevo en el escenario y que perjudicó a los artistas que venían después.
 
La más perjudicada por el fervor que Solís desató fue su compatriota Fey, que apenas pudo sostenerse durante dos canciones en el escenario, mientras los participantes en la competición de canciones vivieron un duro trance para lograr hacerse escuchar.
 
El público fue calmado en parte por las intervenciones de la cantante Myriam Hernández, animadora junto a Ricardo Montaner, que pidió respeto para los demás.
 
Al final fue el humorista Paulo Iglesias, que subió al escenario 50 minutos después de la partida del mexicano, el que logró aplacar al "Monstruo", como se conoce al público de la Quinta Vergara y con una rutina de chistes rápidos y fáciles de asimilar por parte de la gente finalizó entre ovaciones y con Antorchas de plata y oro en las manos.
 
En ese contexto, el público recibió favorablemente al argentino Diego Torres, que con mucha sapiencia, además de simpatía, interpretó todas las canciones que le pidió la gente y logró el triple galardón de antorchas y gaviota.
 
 "Deja de pedir perdón", "Cantar hasta morir", "Tratar de estar mejor", "Penélope" y sobre todo "Color esperanza", su caballo de batalla, que cantó dos veces, llevaron a Torres a otra noche de éxito en Viña del Mar, donde ya había estado anteriormente, con similares resultados.
 
También, con un público propio que los esperó hasta pasadas las 06:00 GMT, triunfaron los argentinos del grupo "Auténticos Decadentes", pese a que, por lo avanzado de la hora, la transmisión televisiva de su número se interrumpió a veinte minutos de iniciada.
 
En la competición de canciones, el ganador por partida doble fue el peruano Jorge Pardo, que se llevó los premios a la mejor canción, con "Mi alma en tus manos" (30.000 dólares y una gaviota de plata) y al mejor intérprete del certamen (10.000 dólares y una gaviota).
 
El segundo lugar fue para la canción "Cada día más", del argentino Pablo Novak y el tercero para "Tú no me conoces", del estadounidense Marc A.Millán.