Cientos de personas asistieron ayer a las exequias de la princesa Takamatsu, la tía del emperador Akihito de Japón, que falleció hace una semana (el 18 de diciembre) a los 92 años por una dolencia sanguínea.
Takamatsu, más conocida como la princesa Kikuko, fue uno de los miembros más ‘liberales’ de la Casa Imperial nipona, como puso de manifiesto en sus polémicas memorias y en su defensa a ultranza de la posibilidad de que las mujeres puedan también aspirar al Trono del Crisantemo.
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El funeral de Takamatsu tuvo lugar en el cementerio de Toshimagaoka, en el barrio tokiota de Bunkyo, a donde había sido conducido el féretro con su cuerpo en una comitiva encabezada por sacerdotes sintoístas. Tras el funeral, se cremaron sus restos y las cenizas colocadas junto a las de su marido, el príncipe Nobuhito Takamatsu.
Este príncipe, que murió en 1987, era el hermano menor del difunto emperador japonés Hirohito.