La nueva sede de la entidad ocupa 1.077 metros cuadrados y supone el centro número 42 de los que hay distribuidos por todo el mundo.

El príncipe  de Asturias, quien inauguró  ayer  la sede del Instituto Cervantes en Belgrado, dijo que el español, que tiene más de mil años de existencia, es una lengua de futuro, porque facilita “por su gran difusión el entendimiento y la cooperación”.

Los príncipes de Asturias recibieron al presidente de Serbia y Montenegro, Svetozar Marovic, y a su esposa, Djeorgina, a las puertas de este primer centro Cervantes en un país de la antigua Yugoslavia, en pleno centro peatonal de Belgrado.

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Los cuatro inauguraron esta sede de la institución que se encarga de difundir las lenguas y las culturas de España por el mundo, y que en este caso supone un claro acercamiento entre España y este nuevo país de nombre, porque el Estado de Serbia y Montenegro se creó oficialmente hace menos de dos años, pero es milenario en cultura.

En el discurso inaugural, el heredero de la Corona de España resaltó que este acontecimiento “simboliza, como ningún otro, la necesidad permanente del diálogo entre culturas”.

El príncipe de Asturias comentó que esta sede se ha instalado en el centro de la capital serbia “porque aspira a formar parte de ella, a ser considerada como una de las instituciones culturales”.

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Habló también el príncipe del gran interés que existe por el español en Belgrado, como lo prueban los 2.500 alumnos que aprenden ese idioma en sus universidades.

Marovic agradeció estar con los príncipes en un lugar en el que los amantes de la lengua y cultura española podrán contactar con los premios Nobel de España y América Latina, la pintura de Salvador Dalí o Pablo Picasso, los proyectos de Antoni Gaudí o las películas de Pedro Almodóvar.