Los miembros de las sociedad de vida apostólica de los Misioneros Identes, que buscan la conciliación entre fe y razón, se disponen a iniciar una nueva etapa tras la muerte de su fundador, Fernando Rielo, el martes pasado en Nueva York.
Así lo expresó ayer el superior general de la sociedad, Luis Casasús Latorre, al señalar que “en los últimos tiempos las circunstancias han hecho que nos enfrentemos a más importantes desafíos y misiones”.
“Nosotros queremos ver un nexo claro y directo entre el hecho de que el Vaticano procediera a darnos un reconocimiento nuevo y el fallecimiento de nuestro fundador”, afirmó Casasús, doctor en Matemáticas.