Gonzalo Samper es actor. Muchos quizá lo recuerdan como protagonista de las telenovelas y series de la televisión ecuatoriana, de la década del noventa.

Es un chileno que llegó a Quito cuando contaba con 10 años e hizo toda su  vida en la capital.

Aquí están su familia, sus hijos, sus querencias. Ahora Samper se encuentra en Guayaquil. Y ha venido para mostrar una faceta poco conocida de él, pero que desarrolla a la par que la actuación: la de dibujante.

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En el Café del Cerro, ubicado en el cerro Santa Ana (escalón 122),  hoy, a las 20h00, inaugura una muestra de 50 dibujitos, como él los llama. Estará abierta al público por tres días, con el auspicio del Banco del Estado.

Es la primera vez que trae a esta ciudad sus obras; sin embargo, no es esta su primera muestra. En Quito ha realizado varias exposiciones.

Su gusto por el arte le viene de la infancia. Piensa que dibujar es un reto porque para capturar una acción, un gesto, un movimiento, hay que poner mucha atención.

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Con humor cuenta que antes se hacía pasar por pintor, hasta que se dio cuenta de que le faltaba el soporte del dibujo y entonces se concentró en practicarlo y para ello se fue al campo a dedicarle tiempo, hasta dominarlo.

Samper se define como actor de oficio y dibujante y pintor de hobbie. También escribe. Tiene un monólogo teatral, cuya autoría le pertenece en parte. Luego de la exposición comenzará los ensayos.

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Piensa representarlo el próximo enero en la Asociación Humboldt en Quito y luego llevarlo a varias ciudades para recorrer Ecuador  y también para dibujarlo.