Luego de un primer intento fallido en 1978 y trece años de trabajar como modista y administrador de un hotel, respectivamente, Betty y su esposo Armando Mendoza decidieron montar su primer restaurante de comidas criollas en 1993.

Actualmente, la pareja posee un local en la ciudadela Ferroviaria, otro en la Kennedy y un tercero en Av. 9 de Octubre y Machala.

El restaurante Rachy’s, ubicado en el centro de la ciudad, demanda una inversión de 10.000 dólares mensuales y recibe a 400 comensales al mediodía. Ofrece al público almuerzos a un costo de $ 2 y una variedad de comidas criollas. Sus especialidades son los moros de lenteja y el arroz con menestra y chuleta, que se pueden disfrutar a un costo de $ 3,25 en compañía de las notas de un pianista.

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Su secreto ha sido mantener la sazón de cada comida lo cual no lo hubieran podido lograr sin la fidelidad de sus empleados, dice la propietaria. El menú diario es planificado semanalmente.

Su presencia en cada uno de los locales a diferentes horas del día garantiza el buen servicio, según doña Betty. Ella supervisa la preparación y presentación de los platos y la limpieza de las instalaciones. A pesar de las dificultades, nuestros clientes son lo más importante y siempre hemos mantenido nuestros precios, agregó Mendoza.

La pareja ya posee su patente: Rachy’s Restaurante. El próximo año, las instalaciones serán propias y en un futuro buscan incursionar en el negocio de las franquicias, dijo Mendoza.