El dirigente palestino Yasser Arafat obtuvo en 1994 el  premio Nobel de la Paz, junto con el primer ministro israelí Yitzhak Rabin y su  ministro canciller Shimon Peres, por "sus esfuerzos en pos de lograr la paz en  Oriente Medio". 
 
En un contexto de violencia en la región, el Comité Nobel noruego deseó que  la atribución del premio sirviera de "estímulo a todos los israelíes y  palestinos que se esfuerzan por establecer la paz en la región". 
 
"Al concluir los acuerdos de Oslo y al respetarlos, Arafat, Peres y Rabin  aportaron una contribución sustancial a un proceso histórico a través del cual  la paz y la cooperación pueden remplazar la guerra y el odio", subrayó el  jurado de Oslo. 
 
La decisión del Comité Nobel de recompensar al jefe de la OLP provocó la  dimisión, sin precedentes, de uno de sus cinco miembros, Kaare Kristiansen,  co-fundador del grupo de amigos de Israel en el Parlamento noruego. Kristiansen  estimó que el pasado de Arafat estuvo "muy teñido de violencia, terrorismo y  sangre" como para merecer un Nobel. 
 
Por su parte, Arafat declaró en una visita a Egipto: "Este premio no es  verdaderamente para mí, sino para mi pueblo, que sufrió mucho hasta que pudimos  obtener la paz de los valientes, para nuestros mártires, para nuestros niños,  para nuestro futuro". 
 
Al recibir el premio en diciembre en Oslo, con su kefía blanca y negra, y  vestido con su habitual uniforme kaki, expresó su deseo de que permitiera  alcanzar "una solución global, no sólo para los palestinos, sino también para  Jordania, Siria y el Líbano". 
 
Arafat, primer palestino en recibir un premio Nobel, exhortó al mismo  tiempo a los israelíes a "acelerar el proceso de paz". 
 
Los acuerdos de Oslo, negociados en secreto en Noruega, desembocaron en una  Declaración de Principios sobre la autonomía palestina en la franja de Gaza y  Jericó, que fue solemnemente firmada el 13 de setiembre de 1993 en Washington.  Ese evento histórico, sellado por el apretón de manos entre Arafat y Rabin,  reactivo el proceso de paz en la región, pero tuvo un alcance limitado, pues al  poco tiempo volvió a prevalecer la violencia.