La cifra equivale a que en Ecuador, 65.473 personas padecen del defecto, que hoy recuerda su día.

Los trastornos en la fluidez de la comunicación se vuelven un defecto común entre los ecuatorianos. Un estudio de la organización internacional Espacio Logopédico, dedicada a la prevención y tratamiento de trastornos de comunicación, revela que en el mundo el 1% de la población adulta tartamudea.

Eso equivale a que en Ecuador 65.473 personas padecen el defecto, si se considera que la población adulta –comprendida entre los 18 y 65 años– llega a 6’547.353 habitantes.

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La tartamudez, que hoy recuerda su día internacional, es un defecto que afecta el proceso comunicativo de una persona y se caracteriza por repeticiones de sonidos, prolongaciones de sílabas y falta de fluidez al hablar.

El problema, indica el terapeuta de lenguaje Urbaci Vinces, de la Fundación María Dolores Blaschke, dedicada a la educación de niños sordos, pasa por factores de orden motriz y psicológico.

En el primer caso, la afección se produce cuando la persona tiene dificultades para coordinar rápidamente ideas y encontrar las frases precisas para expresarse.

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En el segundo, surge como respuesta a problemas familiares o del entorno. “Si no recibe atención de los padres o es maltratado, lo usa para esconder los problemas”.

Viviana Quezada, especialista en pedagogía audioterapéutica, respalda su afirmación. Dice que los niños reaccionan con una tartamudez cuando no quieren enfrentar sus miedos. Igual ocurre con el adulto, sobre todo si creció rodeado de inseguridades.

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De acuerdo al estudio, entre los 2 y 7 años de edad la mayoría de los niños presenta bloqueos en su lenguaje y el 80% de estos se recupera espontáneamente. Sin embargo, dice ella, es necesario enfrentar el problema con terapias psicológicas y de lenguaje, que van desde trabalenguas a entonación de lecturas.

Es que si no se trata el problema puede agudizarse en la edad adulta, donde la tartamudez se torna más frecuente en los varones (en el 80% de los casos). Según Vinces, porque ellos son más tímidos e inseguros que las mujeres.

Sin embargo, no todos enfrentan el problema ni buscan ayuda, por eso suelen recurrir a la sustitución de palabras para evitar tartamudear. “Cuando cree que va a tartamudear en una palabra enmascara el defecto buscando otra de igual significado”, señala.

Eso le permite a la mayoría pasar inadvertido ante los demás. Y es que, en efecto, el problema suele pasar sin percibirse en ciertas personas y hasta en las celebridades. ¿O ha notado el defecto en los libretos de Julia Roberts o de Bruce Willis o cuando canta Marc Anthony y Yordano?

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Pues, todos ellos son tartamudos, como lo fueron los escritores Miguel de Cervantes y Jorge Luis Borges.

TERAPIAS
No ridiculizar
Los terapistas recomiendan no regañar, gritar ni ridiculizar a un niño con el problema. Los tartamudos reaccionan distinto a la tensión: aprietan los músculos de las cuerdas bucales y esto hace que el problema empeore cuando hablan.

Diagnóstico
Cuando se determina que una persona padece de tartamudez,  es necesario indagar sobre la presencia de ansiedad, angustia, depresión o fobia. Según los especialistas, es extraño la existencia de una tartamudez no asociada a estos síntomas secundarios, más aún cuando se considera que la situación social, económica y política de Latinoamérica ha conducido al deterioro del nivel de desarrollo del lenguaje y el pensamiento en los niños.

Terapias
La mejor opción a la tartamudez es buscar la ayuda de profesionales. Ellos aplican ejercicios respiratorios, de lenguaje y lectura para corregir los problemas de fluidez.

Una de las más comunes es hacerle aprender una canción corta al niño y luego grabarla con buena pronunciación y entonación. Así se hace el seguimiento para ver cómo ha evolucionado el defecto, que sí llega a ser corregido.