La botella de whisky más cara del mundo cuesta 36.000 euros (unos 44.000 dólares), data de 1926 y pertenece a la empresa escocesa The Macallan, que presentó en la ciudad mediterránea de Marbella.

Esta cifra astronómica para saborear el conocido producto anglosajón incluye, además, una visita a la destilería que la empresa tiene en Escocia. La empresa le paga el pasaje al comprador para que vaya a la destilería y compruebe la calidad del producto.