927 personas vieron, el pasado miércoles en Guayaquil, el documental ‘Fahrenheit 9/11’, del realizador norteamericano Michael Moore. Esta cinta ganó la Palma de oro en el festival de cine de Cannes y su director aspira a presentarla como candidata al Oscar en la categoría de mejor película. Moore obtuvo el año pasado el Oscar en la categoría Documental, por ‘Bowling for Columbine’, centrada en la matanza en una escuela y en el uso de armas en Estados Unidos.
“Es una pelíclua combativa, política al máximo. Michael Moore aprovecha todos los errores de George Bush para mostrarlos. Es una suerte que haya llegado tan pronto al Ecuador”, comentó el crítico de cine Gerard Raad sobre el filme Fahrenheit 9/11, que se presentó en cuatro funciones, el pasado miércoles, como parte del Festival de Cine Arte, que Cinemark inauguró ese día.
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Raad se mostró a favor del contenido de la cinta del realizador norteamericano Michael Moore. “Está muy bien hecha. Vale la pena. Es muy meritoria, pero claro, una película es una película y no va a cambiar el destino de una nación ni del mundo”, refirió el crítico.
La antropóloga Silvia Álvarez calificó al filme de Moore como honesto, porque no oculta su contenido político. “El objetivo es cuestionar la política de un presidente”, afirmó. Según la antropóloga, la cinta pone en evidencia los conflictos y debilidades del sistema estadounidense. “Nos obliga a enfrentarnos con elementos que son de la convivencia cotidiana y en los que no se repara”, señaló. Sin embargo, acotó, no ofrece alternativas.
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Álvarez dijo que el filme despierta expectativas porque es la primera vez que en una cinta hay un cuestionamiento público y frontal, y no sugerido, sobre la democracia y su transparencia. “Con esta cinta se abre una visión muy cuestionadora. Lo valioso es que el autor explicita su contenido político, no lo esconde”, recalcó. En el plano personal, la antropóloga sostuvo que no sabía si la película le dijo algo nuevo, pero creía que le va a decir mucho a la propia gente de los Estados Unidos.
Jóvenes, adultos, hombres, mujeres, estudiantes, profesionales. Un público heterogéneo se dio cita el miércoles para ver Fahrenheit 9/11, que el pasado mes de julio en el Festival de Cine de Cannes, Francia, se llevó la Palma de Oro a la mejor película y cuyo director, Michael Moore, ha demostrado su interés de presentarla como candidata al Oscar en el rubro de mejor cinta.
Moore ya ganó el año pasado el Oscar en la categoría de mejor documental, con Bowling for Columbine, película centrada en la matanza en una escuela y en el uso de armas en Estados Unidos, que le sirvió para arengar a los presentes en la ceremonia de los Oscar, contra el gobierno estadounidense.
“Vivimos en tiempos de ficción, con resultados ficticios de una elección, que elige a un presidente ficticio. Vivimos en un tiempo en el que tenemos a un hombre que nos envía a una guerra por motivos ficticios, ya sea por la ficción de cinta adhesiva”, indicó Moore al recoger el premio, el 23 de marzo del 2003.
Fahrenheit 9/11, su nuevo documental, es un alegato contra George Bush, un recorrido por las acciones del actual presidente de Estados Unidos. Insinúa que llegó al poder mediante fraude, expone las supuestas conexiones y negocios que el mandatario tiene con la familia Ben Laden, y señala que siembra el miedo en la sociedad estadounidense como una medida para justificar la guerra.
En la cinta Moore expone una paradoja: cómo los más pobres y marginados del sistema son los que defienden la soberanía estadounidense. Son ellos los que van a la guerra. Son los que mueren en los combates. Son los que se enrolan en el ejército como una posibilidad de acceder a una mejor forma de vida.
Óscar Peñaherrera, funcionario de Cinemark, confirmó que entre las cuatro funciones de Fahrenheit del pasado miércoles, se computó un total de 927 espectadores. La cinta se volverá a proyectar el próximo miércoles 22 de septiembre, en cuatro funciones: 14h00, 16h30, 19h00 y 21h25. Su estreno será el 1 de octubre.
Luego de la tercera función del pasado miércoles, hubo un foro, conducido por Rafael Carriel, director del Centro de Formación Cinematográfica (Cefocine). Él leyó extractos de las críticas que se han publicado, en otros países, sobre la cinta: “un real golpe a la cara de Bush”, “un filme poderoso”, “un video burdo lleno de propaganda”.
Afuera había una larga fila de personas que esperaba entrar a la cuarta función. La mayoría de la gente que asistió a la tercera, abandonó la sala, pero unas 40 personas se quedaron para conversar, para participar en el foro. “Lo que más me golpeó es que Michael Moore demuestra que Bush es inoperante”, dijo alguien del público. “Moore demostró que ellos mismos son los terroristas. No les importa la gente, sino la guerra y el poder”, manifestó, por su parte, una señora.
Billy Navarrete, jefe de operaciones del MAAC Cine, no se quedó al foro, pero consultado luego por este diario, dijo: “Lo que a mí me gusta de Moore es que es auténtico. Hace lo que piensa. Y por otro lado me sorprende la increíble acumulación de información que posee. Cuando uno va a mirar los documentales de Moore va a ver su manera de mirar el mundo, esa manera franca y mordaz. Bush sale muy mal parado”.
Navarrete señaló que tras ver la cinta, la gente se emociona. Relató que luego de la tercera función, una persona del público improvisó una arenga contra el imperialismo, que concluyó con la frase: “Viva Latinoamérica libre”.