El cantautor flamenco Diego El Cigala y el sonero cubano Bebo Valdés presentaron ayer el disco Lágrimas Negras, en Nueva York. Este trabajo discográfico significó un premio Grammy, como mejor álbum tropical tradicional.
El Cigala y Valdés también se presentaron ayer en el Beacon Theather.

Ambos se conocieron por intermedio del cineasta español Fernando Trueba, cuyo documental Calle 54 mostraba el fenómeno del jazz latino. Este material de Trueba tenía en uno de sus números la interpretación de Lágrimas Negras por Valdés y el contrabajista Israel López Cachao.

“Yo nunca había escuchado esa música, yo siempre había cantado con guitarra, nunca con piano. No conocía la música latina, la música cubana”, admite El Cigala, quien añadió: “Con Valdés he dado con mi tecla, con la horma de mi zapato, y lo más bonito es que no lo he buscado, porque si lo hubiera buscado no habría salido nada”.

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Sobre Lágrimas Negras Valdés opinó: “Nosotros no hicimos nada pensando en que a lo mejor era una cosa que pudiera gustar. Es algo que nunca me había pasado, y eso que empecé a grabar en la década del 40”.

“Bebo me dio el consejo de seguir siendo flamenco, de no perder ni una pizca de gitano ni de flamenco, y que él sería ese cubano que cautiva con su piano a todo el mundo”, reveló El Cigala.

De esta forma, dijeron, se gestó el recién galardonado disco Lágrimas Negras, que para el cantautor permite que el flamenco y la música cubana “estén juntas pero no revueltas”.