El papa Juan Pablo II desafió una vez más la enfermedad y también el calor y celebró, el pasado domingo, una misa multitudinaria de beatificación de tres miembros del movimiento asociativo laico Acción Católica, en el santuario de Nuestra Señora de Loreto, en el centro de Italia.

En la homilía, Juan Pablo II, de 84 años y enfermo, ofreció una misa de tres horas en la que algunas veces lo traicionaba la voz y por momentos se hacía difícil comprenderlo.

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Allí elevó a la dignidad de “beato”, última etapa antes de una eventual canonización, a tres miembros de Acción Católica: el español Pedro Tarres y Claret (1905-1950) y los italianos Alberto Marvelli (1918-1946) y Pino Suriano (1915-1950).

Este fue probablemente su único peregrinaje en Italia este año.

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“Coraje Acción Católica, el Señor guía tus pasos hacia la renovación”, dijo el Papa dirigiéndose a la asociación, que cuenta con 400.000 miembros en Italia y ha experimentado un resurgimiento en Europa del Este.

En la misa se oró por Rusia y las víctimas de la toma de rehenes de Beslán, que dejó más de 330 muertos, más de la mitad de ellos niños.

Unos 250.000 peregrinos se desplazaron para asistir a esta misa, según la organización, que empezó con una hora de retraso lo que desconcertó un poco a la asistencia.