Los tanques de EE.UU. están en los alrededores de la mezquita de la ciudad santa de Nayaf.
Junto con escudos humanos y radicales atrincherados dentro de uno de los santuarios más sagrados para la rama chiita del Islam, el clérigo radical iraquí Moqtada Al-Sadr espera la anunciada ofensiva de Estados Unidos.
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Los milicianos de Al-Sadr se encuentran dentro del santuario del imán Alí, en callejones y en techos con una abundante provisión de fusiles AK-47 y granadas, con las que atacan intermitentemente a las tropas estadounidenses en un cementerio cercano.
Tanques de Estados Unidos entraron ayer en el sector antiguo de Nayaf y se dirigían hacia el santuario.
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Unos 2.000 civiles iraquíes “voluntarios” vitorearon ayer a Al-Sadr en el patio de piso de mármol de la mezquita. Cualquier daño severo al santuario enfurecería a millones de chiitas en el mundo, particularmente a los que constituyen el 60% de la población iraquí.
“Me acostaré en el suelo delante de los tanques, o mataré a los estadounidenses para defender a Al-Sadr y Nayaf”, dijo Fadil Hamed de 30 años.
La semana pasada, miles de iraquíes protagonizaron protestas en favor de Al-Sadr en varias ciudades y pidieron la salida del primer ministro interino, Iyad Allawi.
Los combates que libraron ayer los milicianos de Al-Sadr y las fuerzas de EE.UU., en los que participaron carros de combate, estallaron al atardecer, y pocas horas después de que la Conferencia Nacional decidiera enviar a Nayaf una delegación para disuadir al clérigo chiita para que ponga fin a la lucha armada.
En la conferencia participan 1.300 delegados que representan a las 18 provincias, así como a las tribus, grupos religiosos y a los partidos políticos del país, para definir las elecciones de enero del 2005.
El conflicto en Nayaf estalló el 5 de agosto, aunque no fue hasta el pasado viernes cuando las tropas de EE.UU., apoyadas por helicópteros y aviones, emprendieron la mayor ofensiva contra los principales reductos de la milicia.
En las operaciones en Nayaf están envueltos cerca de 2.000 soldados estadounidenses, a los que se unirán 3.500 efectivos iraquíes, indicó el mando militar norteamericano.
Tres soldados estadounidenses murieron en los combates librados el pasado domingo, que se centraron en el enorme cementerio contiguo a la venerada mezquita.
Irán pidió ayer a las Naciones Unidas que intervengan para poner fin al asedio estadounidense en Nayaf.
El Vaticano está dispuesto a mediar para poner fin a los combates en esa ciudad iraquí, dijo un funcionario de alto rango de la Santa Sede.
Un reportero franco-estadounidense desapareció junto con su traductor iraquí en la ciudad de Nasiriyá.