La princesa heredera Masako, que según las autoridades japonesas sufre un desequilibrio mental causado por el estrés de su adaptación a la vida real, podría poner fin a meses de reclusión para asistir a una boda en la pequeña nación de Brunei, en el sureste de Asia, dijo este martes un portavoz de la corte.
La normalmente discreta Agencia de la Familia Imperial dijo el pasado mes que Masako sufría un "desorden de adaptación" que le provocaba depresión y ansiedad.
Masako no se ha encargado de ninguna responsabilidad oficial desde diciembre. Sin embargo, la agencia dijo el martes que Masako y su marido, el príncipe heredero Naruhito, podrían asistir a la boda del príncipe heredero de Brunei, Al-Muhtadee Billah, en el sultanato rico en petróleo el 9 de septiembre.
"Se está considerando en estos momentos y por ahora no ha habido ninguna decisión", dijo el portavoz Yasuo Moriyama.
Nahurito, heredero de la monarquía más antigua del mundo, podría realizar el viaje él solo, tal y como hizo en mayo cuando visitó Europa, añadió Moriyama.
El príncipe causó irritación en la formal Agencia de la Familia Imperial en mayo cuando dijo que Masako, en su día una alegre y extrovertida diplomática, estaba totalmente exhausta tras 10 años de esfuerzos para adaptarse a la vida en palacio.
Los observadores reales achacan muchos de los problemas de Masako a la presiones para que tenga un hijo varón, así como a iniciativas para evitar que actúe como una especie de "embajadora real" en el extranjero.
Masako sufrió un aborto antes del nacimiento en diciembre del 2001 de la única hija de la pareja, la princesa Aiko. Las leyes japonesas prohíben actualmente la sucesión femenina.
Ningún niño ha nacido en la familia imperial desde Akishino, el hermano menor de Naruhito, en 1965, quien tiene dos hijas.