El endurecimiento de las sanciones estadounidenses contra Cuba y la política de Washington hacia Iraq demuestran que el presidente George Bush está   mal asesorado, opinó su homólogo Fidel Castro el miércoles en la noche. 
 
Castro, con su habitual uniforme verde olivo y acompañado de funcionarios, apareció sorpresivamente en la residencia del embajador argentino, Raúl Taleb, donde se celebraba un cóctel para hombres de negocios de ese país. 
 
Abordado por periodistas, el mandatario reflexionó sobre las medidas norteamericanas para endurecer el embargo anunciadas por Bush y que comenzaron a aplicarse el miércoles. 
 
"Un día vamos a tener que levantarle un monumento a todos los que han obstruido nuestro camino, porque nos han enseñado a resolver problemas", dijo Castro. 
 
Entre las nuevas regulaciones, destinadas a fomentar una transición política en Cuba, están las limitaciones para viajes de cubano-estadounidenses, restricciones en el envío de remesas y hasta el uso de un avión militar para transmitir señales de Radio y Televisión Martí, con sede en la Florida. 
 
Además se incrementó el presupuesto federal para apoyar acciones disidentes contra La Habana. 
 
"Creo que Bush esta mal asesorado... una medida de estas (contra la isla) después de todas las noticias que se dieron al mundo sobre las cosas que ocurrieron en Iraq con los prisioneros. No es un momento oportuno para sumar una cosa a otra", consideró Castro. 
 
En todo caso, dijo el dirigente, las iniciativas van a incidir en contra de los intereses políticos del titular de la Casa Blanca, quien intentaba con ellas ganarse votos en la Florida en la próximas elecciones. 

Castro reiteró que considera a las sanciones   crueles, pues afectan a las familias cubanas. 
 
Paralelamente, se refirió a los casos de torturas por parte de soldados norteamericanos en Iraq. 
 
"Realmente no habría creído las cosas que ocurrieron en Iraq con los prisioneros, antes no se veía eso", indicó. 
 
"No me imaginaba, a partir de determinados valores que están incrustados en la mentalidad del norteamericano, que se produjeran esos casos de torturas, les confieso", exclamó Castro en la conversación con los periodistas que se prolongó por unos 45 minutos, tras cuatro horas de reunión con los empresarios argentinos. 
 
De todas maneras, Castro manifestó que los cubanos están preparados para responder a cualquier tipo de medidas que tome Washington: "lo mismo para recibir los mensajes de paz, que para enfrentarnos a todo el poderío de nuestros vecinos".