Aún hay un problema que no se ha resuelto, es el caso de ciertas vulcanizadoras.

Los locales comerciales que cumplimos la ley sacando permiso municipal todos los años tenemos el derecho de ser oídos, porque (esas vulcanizadoras) nos tapan el frente con grandes colectivos y camiones cuando trabajan en la vía pública, en avenidas y calles, donde desarman las llantas con el peligro de que explote el rin de las mismas, además producen polvo y  los golpes causan mucho ruido e intranquilidad al vecindario.

Deben ser ubicadas en ciertos sectores, ya sea en solares vacíos, y tener teléfonos donde se las llame y puedan auxiliar a quien lo necesite, como se lo hace en muchos países europeos o en desarrollo.

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Eduardo Salvatierra Gorotiza
Guayaquil