En el tercer filme, Harry Potter, con sus amigos Hermione Granger y Ron Weasley, deberá enfrentar a un asesino que escapó de la cárcel para magos de Azkabán y quien, se cree, intentará matarlo.

El director mexicano Alfonso Cuarón rocía con fresca energía su adaptación de Harry Potter y el prisionero de Azkabán. En esta tercera aventura del aprendiz de mago, basada en la archipopular serie de novelas de J.K. Rowling, sube la temperatura emocional en un revuelo entretenido de sobresaltos y situaciones cómicas.

“Rowling me pidió que fuera fiel, pero no literal, con el espíritu del libro. La novela es más oscura que las anteriores, y tuve que buscar el punto justo entre el miedo, el humor y las resoluciones emocionales”, dijo el realizador, más canoso que antes, en el reciente Festival de Cannes.

Publicidad

Harry Potter y el prisionero de Azkabán es un festín visual, un renacimiento de la saga, el brinco inevitable de la infancia a la pubertad de sus protagonistas y el camino sin retorno que abandona el universo de la magia inocua, para adentrarse en la fantástica esfera del horror y lo desconocido.

Habrá sin duda quien guste más del trabajo de Chris Columbus en las dos realizaciones anteriores, pero hay que decir, sin equívocos, que el talento de Cuarón es innegable y está impregnado en cada una de las escenas de esta nueva cinta que esta, definitivamente, mucho más cargada.

En ella, el niño mago y sus amigos regresan a clases al instituto Hogwarts, donde enfrentarán sus miedos más recónditos, al tiempo que deberán medirse con un mago criminal que escapa de la cárcel y que quiere acabar con Potter, quien además se encuentra con los espectrales y horripilantes dementores, que han sido enviados para capturar al fugitivo. Estos temibles espectros son seres capaces de arrebatar el alma y la alegría de la gente con tan solo un suspiro. A su vez, Harry descubrirá muchos secretos más sobre su pasado.

Publicidad

Hogwarts no es más la institución de aprendizaje de siempre; hay un cambio abrumador: se ha transformado en un sitio más rico, con nuevos ángulos, locaciones, explanadas, túneles y aulas; sin embargo, es también un sitio mucho más sombrío; aun en los días soleados, los nubarrones opacan el cielo inglés; incluso el quiditch se juega bajo una terrible tormenta.

La penumbra no solo se aplica al paisaje, los diálogos se han vuelto también más duros, las rivalidades más agudas, los personajes más siniestros, la atmósfera más mística. Cuarón ha cambiado el aire que se respiraba en la escuela de hechicería, inyectándole mayor drama e intensidad a la trama y, sin duda, ha incorporado su infalible toque de magia mexicano.

Publicidad

Los chicos están mucho más maduros en esta película, y no me refiero solo a su talento histriónico, sino a los cambios físicos que son cada vez más notorios (Cuarón es un director con una habilidad especial para narrar ese tránsito hacia la madurez, como ya demostró en la exitosa Y tu mamá también).

Los protagonistas talvez solo puedan interpretar un filme más antes de verse completamente desfasados. No obstante, el trío es encantador. Hermione (Emma Watson) es irritantemente perfecta, Ron (Rupert Grint), colosalmente divertido y Harry (Daniel Radcliffe) sigue siendo en el fondo, el niño hechicero que sedujo al mundo, pero en su superficie es ya el adolescente rebelde pero noble, que tarde o temprano habrá de enfrentar a Voldemort.

A este reparto original se unen nuevas caras como Gary Oldman, David Thewlis y Emma Thompson. Michael Gambon sustituye al desaparecido Richard Harris como profesor Dumbledore.

La cámara es uno de los aciertos más notables de esta tercera entrega, entrando y saliendo a través de espejos y ventanas, cruzando la maquinaria del reloj de la torre, irrumpiendo desde ángulos inesperados o abriendo la toma de forma espectacular.

Publicidad

El colorido es una perfecta experimentación de blancos y negros, que al lado de los fastuosos y oscuros dementores, compone impecablemente la producción como la más hórrida de las historias hasta el momento.

Harry Potter y el prisionero de Azkabán se acerca más a una cinta para adultos que a un producto para niños, lo que sustancialmente es una virtud, pues parece ser que la saga se vuelve cada vez más oscura conforme avanza a través de los libros.

En manos del británico Mike Newell queda la cuarta entrega, cuyo rodaje acaba de comenzar en Inglaterra.

ESTRENO
El largometraje Harry Potter y el prisionero de Azkabán se estrena hoy en las salas de cine del Ecuador. En Guayaquil se proyecta en Cinemark y Supercines Los Ceibos, San Marino, Entre Ríos, Nueve de Octubre y Alborada.
Ayer se tenía previsto realizar en Supercines Los Ceibos una función única y exclusivamente para la prensa.