Más de un millón de menores son cada año víctimas de tráfico infantil, según  denuncia el último informe de la organización no gubernamental (ONG) Fundación Tierra de Hombres, esta semana en Bruselas.

Aunque el fenómeno no es nuevo, hay indicios de que la situación  empeoró en los últimos años y que los gobiernos  “están ignorando o haciendo poco por responder al problema”, indicó la ONG en un comunicado.

El documento ‘Niños como mercancías. Tráfico de menores y qué hacer con ello’, describe el funcionamiento de esta práctica.

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Según el informe, el tráfico de bebés se produce sobre todo de los países latinoamericanos a los norteamericanos, y del Este de Europa a los países más occidentales, en general para su  adopción.

Los niños que aún no  llegan a la adolescencia son sometidos, con independencia de su sexo, a trabajar como esclavos, especialmente en naciones del sur de Asia y  de África occidental.

El documento denuncia que la mayor parte de las  adolescentes y también en ocasiones los niños, son objeto de comercio sexual y terminan con frecuencia metidos en redes dedicadas a la prostitución o a la pornografía infantil.