En diez carrozas alegóricas las candidatas al concurso Miss Universo recorrieron el Centro Histórico de la ciudad.

Desde los balcones y ventanas de las casas coloniales, las aceras y las plazas del Centro Histórico, alrededor de 35 mil personas recibieron con cariño y admiración a las 80 candidatas al Miss Universo, en el desfile que ayer engalanó dos kilómetros y medio de calles en la parte antigua de la ciudad.

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Alrededor de las 09h00, el sol caía con intensidad sobre las angostas calles del centro de la ciudad. Un movimiento inusual se percibía en las inmediaciones del Teatro Nacional Sucre.

La expectativa cobijaba el ambiente. Personas de toda condición social pasaron por alto la espera, el calor o la incomodidad y desde muy temprano ocuparon las veredas.

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José Albán, ciudadano quiteño de 80 años, se apoderó a las 06h00 de una parte de la acera frente a la Plaza del Teatro, para observar a las 80 candidatas a Miss Universo.

A las 11h00, los cinco buses que transportaban a las candidatas se aproximaron al punto de partida del desfile en la intersección de las calles Oriente y Guayaquil. 
En medio de exigentes medidas de seguridad abordaron, una a una, diez carros alegóricos.

Al mismo tiempo,  un numeroso grupo de estudiantes de varios colegios de la capital se preparaba para iniciar el desfile. Unos pintados el rostro, otros vestidos con indumentaria indígena, se alistaban para realizar sus demostraciones. Con instrumentos de madera, plástico o cartón los jóvenes se colocaron entre los carros alegóricos.

La primera en descender de los autobuses fue la actual Miss Universo, Amelia Vega. Con un vestido largo de color naranja, la dominicana hizo vibrar a los espectadores. Al grito de “Amelia...Amelia”, los asistentes la homenajearon. Ella respondió con una sonrisa y varios saludos a la multitud emocionada. 

A partir de las 11h15, aparecieron  las aspirantes al cetro. Diez carros alegóricos, con diseños inspirados en la geografía del país y sus paisajes, recorrieron las  calles del casco colonial. La escasa distancia entre las aceras y los carros alegóricos permitió un contacto cercano con las reinas, quienes lanzaron rosas al público y, a su vez, recibieron flores y ovaciones.

La reina de Quito, María Lorena Maldonado, abrió el desfile en una carroza, seguida del ballet  Humanizarte. Los bailarines interpretaron danzas andinas y africanas.

Amelia Vega, Miss Universo, continuó el recorrido sola en un carro alegórico. La siguieron las candidatas, quienes ocuparon los carros en grupos de ocho y diez.
Las carrozas, con símbolos representativos de las cuatro regiones naturales  del país, recorrieron unas 20 cuadras.

La multitud, al final del desfile, rompió los cercos de seguridad y acompañó en una verdadera procesión las carrozas alegóricas que transportaban a las reinas.

El recorrido culminó en la Plaza de San Francisco. Allí, en una gran pasarela, Amelia Vega y las candidatas modelaron frente a cerca de cuatro mil personas.
Miss Ecuador, María Susana Rivadeneira, subió a la pasarela con la bandera del Ecuador en las manos y se ganó los aplausos del público.

La representante del país lució una blusa con bordados típicos de la Sierra, elaborados en  la zona de Zuleta,  en Cayambe.

A las 12h30, las reinas de belleza se despidieron del público e ingresaron al convento de San Francisco. Cerraron así una jornada que seguramente pocos habitantes de Quito olvidarán.