* Las ovejas de Cristo escuchan su voz y le siguen.
* Nosotros, los cristianos, escuchamos su voz, los domingos, en la lectura del Evangelio; pero ¿lo seguimos durante toda la semana?
* A la hora del quehacer en la casa, o en la oficina, o fábrica, o del estudio difícil, ¿seguimos a Cristo o nos dejamos llevar por la flojera?
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* En la casa, cuando se trata de ayudar en los trabajos domésticos, ¿seguimos a Cristo, que no vino a ser servido sino a servir, o nos escabullimos?
* Escuchar la voz de Cristo es fácil. Lo que manifiesta que somos verdaderamente sus ovejas es seguirlo.
(Colaboración de Luz del Domingo, Especial para Diario EL UNIVERSO)