Simón Trinidad, el líder guerrillero de mayor jerarquía encarcelado, afirmó que su detención en Ecuador fue llevada a cabo por militares colombianos y agentes de Estados Unidos, en su primer pronunciamiento público. 
 
Trinidad, cuyo nombre real es Ricardo Palmera, hizo estas declaraciones el miércoles en la última edición del semanario Voz, publicación vinculada al Partido Comunista. 
 
También aseguró que su captura el 2 de enero en Quito no se produjo gracias a una delator, aunque así lo sostuvieron medios colombianos.
 
"Nadie me delató en Quito. Por el seguimiento que le hacían a la persona donde me alojé, la Policía me descubrió y le informó a militares colombianos y agentes gringos, quienes hicieron el operativo de captura", dijo Trinidad. 
 
Tras concretarse la detención del rebelde, el ministro de Defensa Jorge Alberto Uribe agradeció a los gobiernos de Ecuador y de Estados Unidos. Sin embargo, nunca se ha aclarado cuál fue la participación real de los estadounidenses en el operativo. 
 
Trinidad, quien ejerció como negociador en los diálogos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el anterior gobierno entre enero de 1999 y febrero de 2002, reveló que al momento de ser detenido en Quito realizaba una labor de paz. 
 
"En Ecuador adelantaba una misión importante para el futuro de la paz en Colombia, pero no estoy autorizado para decir cuál", indicó. 
 
Según el miembro de secretariado de las FARC y portavoz de esa guerrilla Raúl Reyes, Trinidad exploraba posibilidades para un intercambio de secuestrados por rebeldes presos. Eso contemplaba una posible reunión con representantes de Naciones Unidas. 
 
Estas declaraciones de Trinidad coinciden con la visita que hace a Colombia el presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, quien se comprometió ante su homólogo Álvaro Uribe a mantener su   compromiso de cooperar en la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia internacional. 
 
El Gobierno ecuatoriano sostiene que la captura del jefe guerrillero fue realizada por sus fuerzas de seguridad. 
 
Trinidad también afirmó que es una "vana ilusión pensar que su detención haya representado un golpe demoledor para las FARC", el principal grupo insurgente del país con unos 16.000 combatientes. 
 
"Soy uno más de los tantos miles de guerrilleros de la organización. Las FARC seguirán sólidas...", precisó. 
 
"Por eso en mi condición de prisionero de guerra, continuaré en la lucha", agregó. 
 
Trinidad, de 53 años, se encuentra recluido en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, a unos 120 kilómetros al noreste de Bogotá. 
 
En estos momentos, enfrenta juicios por crímenes como secuestros, extorsiones, asesinatos y actos de terrorismo. 
 
Trinidad rechaza todos estos cargos y solo admite el delito de rebelión, que consiste en levantarse en armas contra el Estado. 
 
En una reciente audiencia judicial, el líder guerrillero aseguró que solo se dedicaba a   actividades políticas y educativas en el grupo insurgente. 
 
Sin embargo, la Fiscalía lo considera miembro del comando central de las FARC y como tal lo ha vinculado al proceso por la venta de armas a la guerrilla colombiana que gestionó el ex asesor presidencial peruano Vladimiro Montesinos.