Luego de meses de paciente trabajo para eliminar décadas de polvo y de mugre de su superficie marmórea, se ha logrado limpiar dos terceras partes del   David de Miguel Angel, y algunos expertos insisten en que la restauración ha mejorado la apariencia de esa obra maestra.

Franca Falletti, directora de la Galería de la Academia, donde el David atrae anualmente a 1,2 millones de visitantes, dijo este lunes en conferencia de prensa que la restauración de la estatua concluirá a fines de mayo, cuatro meses antes de que se cumpla el 500 aniversario del develamiento original de la escultura.

Pero continúan haciéndose pruebas para encontrar una solución al problema que emergió durante la restauración: la aparente fragilidad de los tobillos de la estatua, que soportan más de seis toneladas de peso muerto.

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Algunos críticos, como el estadounidense James Beck, profesor de la Universidad de Columbia, dijeron el año pasado que los métodos de restauración eran potencialmente riesgosos. Beck encabezó una petición tratando de persuadir a las autoridades italianas que crearan un panel internacional para estudiar la   salud de la estatua. Las autoridades ignoraron la solicitud.

Las tareas de restauración no comenzaron muy bien. Una respetada restauradora, Agnese Parronchi, decidió abandonar la tarea el año pasado negándose a seguir órdenes para usar un método de limpieza que temía podría dañar la escultura.

Fue reemplazada por Cinzia Parnigoni, quien expresó que   no tenía dudas en su labor,   pues el método que elegí era el correcto.

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Entrevistada por Associated Press Television News, Parnigoni explicó que su labor consistió al principio en aplicar al mármol una especie de   mascarilla hecha con pulpa de celulosa y arcilla con el propósito de absorber la suciedad.   Me hice amiga de la estatua, tras seis meses de labor, dijo la experta.

Parnigoni dijo que   la restauración ha dado uniformidad y continuidad a la superficie. Creo que es una mejora real.

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Otros ingredientes para limpiar la escultura fueron agua destilada y aguarrás, sobre todo en partes que habían quedado amarillentas por la cera. Y para rellenar las   picaduras de viruela propias del mármol centenario, la experta empleó yeso.

Hasta el 1873, el   David estuvo instalado en la Piazza Signoria, la plaza principal de Florencia. Pero temores sobre el efecto que podría tener el clima en la escultura hicieron que fuese trasladada a la Academia.

Falletti dijo que es posible que se busque un nuevo santuario para la estatua, con el propósito de que el   David sea menos afectado por las condiciones ambientales.