La salsa, el tango, la rumba, el mambo, el merengue y otras danzas latinoamericanas arrollan en las escuelas polacas de baile, las que registran un auténtico asedio. Tomasz Kwiatkowski, director de la escuela de baile Egurrola Dance Studio de Varsovia, dijo que la salsa y otros bailes latinoamericanas tienen gran éxito en Polonia.
La capital polaca no está aún al nivel de Berlín donde, según los conocedores, se citan cada noche unas 5.000 personas para bailar salsa, mambo y tango. En Varsovia hacen lo mismo, por ahora, medio millar de personas, pero, según Kwiatkowski, es un hecho que danzas latinoamericanas están desplazando los salones ritmos y bailes tan arraigados en Polonia como el vals.
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El aprendizaje de la salsa depende de la habilidad del bailarín y, mientras algunos necesitan dos meses para dominar los pasos básicos, otros saben moverse bien en cuestión de horas. En los cursos de bailes latinoamericanos participan sobre todo los jóvenes, pero poco a poco se detecta también un incremento de alumnos en la franja de los 50 y en la tercera edad, pues la danza es también terapéutica.
“Vamos a acometer una tarea que nos ha entusiasmado por las dificultades que ofrece y que es enseñar a bailar la salsa a pacientes del Instituto de Tratamiento de los Sordomudos”, concluye Krezlewicz.