La Policía haitiana recuperó el lunes una ciudad que había sido tomada por un grupo armado opuesto al presidente Jean-Bertrand Aristide, en lo que fue la primera victoria del gobierno en cinco días de intensos enfrentamientos.
 
Poco después de que la policía tomó control de la ciudad portuaria de Saint Marc, al norte de Puerto Príncipe, la capital haitiana, el primer ministro, Yvon Neptune, llegó en un helicóptero hasta la localidad, donde fue saludado por simpatizantes de Aristide.
 
El alto funcionario aseguró a los residentes que el gobierno quería buscar la paz con sus adversarios mediante el diálogo y no por la fuerza.
 
Un camarógrafo del equipo de Reuters Televisión vio en el suelo muchos casquillos de balas disparadas y un civil muerto.
 
No estuvo claro de inmediato si se llevó a cabo una dura batalla para reocupar la ciudad, 105 kilómetros al norte de la capital haitiana, en ruta hacia la histórica ciudad de Gonaives, donde comenzó la última revuelta la semana pasada.
 
No había señales de los grupos armados que prendieron fuego el sábado a la estación de policía de Saint Marc tras expulsar a los policías, ni de las personas que saquearon los contenedores del puerto y los utilizaron como barricadas.
 
El ejército de Haití se desbandó cuando Aristide fue devuelto al poder en 1994 por fuerzas encabezadas por Estados Unidos, que invadieron el país tras el derrocamiento del presidente cuando iniciaba su primer período de gobierno.
 
Desde entonces, en varias oportunidades las fuerzas policiales han sido superadas en algunas zonas controladas por rebeldes.
 
Varios policías murieron entre el jueves y el sábado durante la revuelta en Gonaives, la ciudad donde Haití declaró su independencia en 1804 después que los ex esclavos derrotaron al ejército francés de Napoleón.
 
Los rebeldes que se alzaron contra el gobierno, que antes eran miembros de un grupo que apoyaba a Aristide conocido como Ejército Caníbal, aparentemente mantenían el lunes control de la ciudad de Gonaives.
 
No se ha determinado el número de víctimas fatales caídas durante la reciente revuelta, pero se calcula que 23 personas han muerto desde que estalló una aguda crisis la semana pasada, tras meses de tensión política.
 
Aristide, un ex sacerdote católico saludado hace algunos años como el defensor de la frágil democracia de Haití, enfrenta ahora acusaciones de sus detractores, de corrupción y violencia política.
 
Decenas de personas han muerto en los últimos meses después de que manifestantes contra el gobierno fueron atacados por seguidores de Aristide.
 
El gobierno acusa a la oposición por la violencia y dice que sus detractores representan a un pequeño grupo de élite de mestizos opuestos a la gobernante mayoría negra. Aristide afirma, por su parte, que pretende completar su segundo mandato hasta el 2006.
 
Estados Unidos dijo que la violencia en Haití le "preocupa mucho" y pidió el lunes a todos los haitianos respetar las leyes.
 
"Los problemas de Haití no serán resueltos por medio de la violencia y represalias", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher.
 
En enclaves favorables al gobierno en las provincias del país más pobre del hemisferio --con ocho millones de habitantes-- algunos líderes comunitarios dijeron que estaban "fortificando" sus poblaciones debido a que esperaban ataques de los insurgentes.
 
"Ahora es un conflicto armado abierto. No es un juego", dijo el secretario general de la Asociación de Periodistas Haitianos, Guy Delva.
 
Un dirigente de la oposición lanzó una sombría advertencia.
 
La oposición "tiene un grito único. Están cansados de Aristide", dijo a Reuters Leslie Maximilien, presidente del opositor Foro Nacional para la Salvación de Haití".
 
"Pero si ganan, probablemente luego se fragmentarán en pequeñas piezas y estaremos peor que ahora", dijo Maximilien, voz crítica de Aristide y también de la oposición.    En la ciudad sureña portuaria de Jacmel, donde Haití planea las celebraciones principales del carnaval el próximo fin de semana, el ex diputado oficialista y ahora dueño de una emisora de radio Wilnet Content dijo que la gente erigió barricadas en las calles para impedir que entren a la ciudad los opositores de Aristide.
 
"No tienen nada que hacer en Jacmel", dijo Content.