Liliana Miraglia, narradora guayaquileña: “A fines de los 70 e inicios  de los 80 la moda era Cortázar. Cada vez que lo leo me vuelvo a sorprender. Tiene la cualidad de hacer que regreses a sus textos. Todo el que estudiaba literatura quería leerlo. Se decía que los que no habían leído Rayuela, poseían un vacío terrible. A pesar de que ahora no vivimos el boom de los 80, es uno de esos escritores que no puedes dejar de admirar”.

Marcelo Báez, narrador y poeta guayaquileño: “Su gran aporte fue sin duda en la narrativa, al hacer de Rayuela una novela tan importante en la literatura española como El Ulises de Joyce en lengua inglesa, no solo por el tratamiento lúdico sino también por su gran creatividad al armar su rompecabezas narrativo. Me permitió saber que en lengua española era posible crear una narración no lineal”.

Publicidad

Abdón Ubidia, narrador quiteño: “Cortázar es imprescindible en la literatura. Junto con García Márquez, Sábato, Onetti, Rulfo y muy pocos más,  es dueño de una poética inconfundible.  Eso lo hace grande.  Fue nuestra gran influencia durante muchos años. Los escritores que fuimos jóvenes en los 60 y 70,  le debemos mucho.  Sobre todo,  su voto por la imaginación.  No hay nada que Cortázar no pudiese escribir,  dijo Ana María Matute. La idea básica de su obra es la condición lúdica del ser humano.  Para él,  como para Huizinga,  el juego es la razón fundamental de la cultura. Gran cuentista es,  entre otras,  autor de una novela que equivale al Ulises de Joyce y que se llama Rayuela.