Según una ex comisionada de inmigración de Estados Unidos, los detalles de la propuesta sobre migraciones que el presidente George W. Bush se dispone a anunciar, entre ellos el papel que debe tener México en el programa, no son del todo conocidos. 
 
Espero que no sea un programa unilateral como el que se hizo en 1996 y que fue un fracaso, dijo este lunes Doris Meissner, ex directora durante gran parte de la década pasada de lo que entonces se llamaba Servicio de Inmigración y Naturalización (INS). 
 
Bush se dispone a formular el anuncio esta semana, posiblemente el miércoles, en adelanto a la Cumbre Extraordinaria de las Américas, que se realizará a partir del lunes en Monterrey, México, con la asistencia de 34 gobernantes, entre ellos el presidente mexicano Vicente Fox. 
 
Uno de los temas de la cumbre es justamente la riqueza que generan para los países americanos millones de inmigrantes, mayormente indocumentados, que viven en Estados Unidos. 
 
La ilegalidad del estatus migratorio de los remitentes ha incomodado a los gobernantes, quienes se disponen a proponer mejores instrumentos para canalizar una riqueza generada por personas que legalmente no existen. 
 
Meissner, cuya oficina fue absorbida por el Departamento de Seguridad Interior, dijo que es probable que Bush base su anuncio en una propuesta presentada el año pasado por legisladores del estado Arizona. 
 
Pero en la práctica no sabemos mucho, dijo Meissner, actualmente analista del Instituto de Política sobre Migraciones (MPI), de Washington. 
 
El proyecto legislativo se centra en la creación de un flujo regulado de trabajadores migrantes sobre la base de la demanda del mercado, en vez de un reforzamiento de las medidas de control fronterizo. 
 
Sus autores, el senador John McCain y los representantes Jim Kolbe y Jeff Flake, todos republicanos, promovieron la iniciativa a fines de julio, después de la muerte de decenas de inmigrantes en su intento de cruzar la frontera en busca de trabajo. 

En cualquier iniciativa sobre inmigración   deben participar los dos países, dijo Meissner en una rueda de prensa para referirse a los efectos en las migraciones del tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, que este mes cumplió 10 años. 
 
Según Meissner, hasta ahora no se ha dicho nada sobre la participación del gobierno mexicano, ni tampoco sobre las protecciones de las leyes laborales y la responsabilidad de los empresarios. 
 
Esas son condiciones necesarias para que el proyecto sea viable, comentó. 
 
Meissner dijo que el argumento difundido hace 10 años de que el NAFTA reduciría la inmigración ilegal hacia Estados Unidos nunca se cumplió. La población de inmigrantes mexicanos no autorizados en Estados Unidos se ha más bien duplicado en ese periodo. 
 
Cualquier propuesta de Bush tendrá que ser aprobada por el Congreso, un proceso que se presenta difícil en un año de elecciones. 
 
El proyecto de los tres legisladores no se establece un techo en el número de visas concedidas a trabajadores temporales. En su lugar, el número será determinado por la demanda de ese tipo de trabajadores. 
 
Los anuncios de empleo publicados por el Departamento del Trabajo y que no sean cubiertos por trabajadores estadounidenses podrían ser concedidos a trabajadores inmigrantes temporales. 
 
Después de tres años en el ejercicio de ese empleo, el trabajador extranjero podría solicitar el estatus de residencia permanente 
 
Para los trabajadores ilegales que ya están en Estados Unidos, el proyecto no les ofrece amnistía, pero tiene una provisión que dice que en seis años estarían habilitados para obtener la residencia permanente.