El ex jefe del servicio de inteligencia peruano, Vladimiro Montesinos, extorsionó a Ecuador en plena guerra con Perú cuando le compró armas a Argentina, según revelan las periodistas británicas Sally Bowen y Jane Holligan en el libro "El espía imperfecto" de reciente aparición.
El libro señala que en 1995 Montesinos le exigió dos millones de dólares por su silencio al traficante de armas Jean Bernand Lasnaud, cuando descubrió que Ecuador compró 8.000 fusiles FAL automáticos y 75 toneladas de municiones a Argentina.
Lasnaud fue el contacto y operador entre Buenos Aires y Quito para concretar la adquisición.
Montesinos descubrió el trato ecuatoriano mediante información provista por una red de espías antes de que el cargamento de armas saliese de Argentina.
A pesar de ser también advertido, el 11 de febrero de 1995, por el agregado naval peruano en Ecuador sobre un inminente envío de armas, Lima no realizó ninguna gestión para detener el despacho y tampoco hizo pública su protesta.
Según las autoras, el motivo que tuvo Montesinos podría ser simplemente el chantaje.
Recuerdan que en una carta enviada por el secretario de Administración Pública del Ecuador al presidente de su país Fabián Alarcón en diciembre 1997, se hace un recuento de cómo el intermediario de las armas, Lasnaud, acusó a Montesinos de chantajearlo justo antes del envío de la carga.
Lasnaud señaló que Montesinos le hizo saber que había descubierto las negociaciones entre Ecuador y Argentina y le exigió dos millones de dólares para guardar silencio y pidió que el pago se transfiriera en 24 horas a una cuenta corriente en Panamá.
La carta afirma que el Consejo de Seguridad Nacional ecuatoriano se reunió, debatió el tema e hizo el pago en una cuenta secreta.
Mientras Montesinos y los ministerios de Relaciones Exteriores de los dos países guardaban silencio, cuatro cargamentos de armas llegaron al Ecuador, acotan las autoras.
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La compra de armas entre Argentina y Ecuador fue secreta y cuando trascendió y se hizo pública, derivó en un escándalo en el gobierno de Carlos Menem debido a que Argentina era uno de los cuatro países garantes de las conversaciones de paz entre Lima y Quito.
El libro también aborda la venta triangular de armas para la guerrilla colombiana de las FARC que dirigió en 1999 Montesinos usando a Perú y Jordania.
Las autoras deslizan la tesis de que la CIA estuvo detrás de la operación, denunciada en agosto 2000, con el doble fin de acelerar la aprobación del plan Colombia y deshacerse de Montesinos, quien se había convertido en un colaborador incómodo para la agencia estadounidense.