El Museo de Historia Natural estrena este sábado "Volcanes del Mar Profundo", un apasionante viaje inspirado por un hallazgo en el Atlántico español que lleva hasta profundidades oceánicas donde viven criaturas exóticas nunca vistas por el hombre.
 
Realizado en tecnología IMAX por el director canadiense Stephen Low, el documental constituye el mayor esfuerzo efectuado hasta ahora por filmar y obtener las imágenes más cercanas y nítidas de las fascinantes criaturas y turbulentos paisajes del mar profundo.
 
El viaje comienza a bordo del sumergible Alvin, el mismo que descubrió las primeras chimeneas hidrotérmicas en las profundidades del Pacífico hace 30 años y que ahora desciende a 3.810 metros de profundidad, hasta tocar el gran arrecife submarino de la tierra.
 
El espectador es testigo de una escena impactante: la vida en un ambiente donde el agua es tóxica, la presión alcanza los 1.589 kilos por pulgada cuadrada y la temperatura asciende a los 400 grados Fahrenheit, lo suficiente como para fundir el plomo.
 
"Es justamente la alta presión en esta temperatura lo que mantiene vivos a estos fantasmas de las oscuras profundidades del mar, pues de lo contrario morirían cocidos", dijo a EFE el director de la filmación.
 
Las condiciones extremas en este arrecife submarino de 40.000 millas de longitud son, como lo revela el filme y explicó su director, las que "habrían dado origen a la vida en el planeta".
 
La cordillera submarina es receptáculo de chimeneas hidrotérmicas que expelen un vapor de color negro compuesto por agua y químicos tóxicos, como el sulfuro de hidrógeno.
 
Sorprendentemente, estos compuestos tóxicos sirven de alimento para una comunidad de microbios que es la base de la cadena alimenticia de este peculiar ecosistema.
 
Este es el único lugar en la tierra donde los organismos vivientes se alimentan de la energía química que emana del centro de la tierra, y no de la energía solar.
 
Dicha energía es la radiación en desintegración producto del supernova de una estrella gigante que fue la que se cree que formó el sistema solar hace cinco billones de años.
 
Las maravillas submarinas que revela este filme se deben a una búsqueda particular: un fósil que el paleontólogo Dolf Seilacher encontró hace 50 años en los acantilados del Atlántico español, una criatura llamada Paleodictyon Nodosum y considerada una de las mayores supervivientes de la tierra.
 
Los científicos se sumergieron en el Atlántico y el Pacífico para buscar a este animal nunca visto y cuya existencia se conoce sólo por el diseño perfectamente hexagonal que deja como huella en los acantilados de España y el piso del océano.
 
Equipado con una cámara IMAX y un sistema de iluminación submarina altamente sofisticado, el Alvin realizó en tres años dos expediciones y más de 20 sumersiones en el Pacífico y el Atlántico para un proyecto con un coste de ocho millones de dólares.
 
Una de las imágenes más dramáticas es la de una erupción volcánica submarina que aniquila todo a su paso para después, casi por obra de un milagro, dar con la resurrección de una comunidad de criaturas asombrosas.
 
La lente capta catedrales de piedra caliza que parecen esculturas decoradas con larvas largas y blancas como espaguetis; una especie de pulpo con orejas poco conocida al que los científicos apodaron "Dumbo"; pilares forrados con colonias de camarones que se alimentan de bacterias; columnas retorcidas formadas por gusanos tubulares, cangrejos albinos y mejillones dorados.
 
En su "viaje al centro de la tierra", los científicos hallan finalmente el "valle del Paleodictyon". Toman una muestra, pero, para desgracia de la ciencia, el análisis revela la ausencia física de esta escurridiza y misteriosa criatura.
 
Las profundidades del océano, esa región oscura que una vez creímos yerma, guarda en realidad claves cruciales para entender la naturaleza y la promesa de hallar vida en otros planetas.