El ilusionista David Blaine concluyó la noche de ayer la polémica prueba que se autoimpuso en Londres y salió con lágrimas en el rostro de la caja transparente donde pasó 44 días sin comer.

Delgado, debilitado, con barba, el neoyorquino de 30 años abandonó la caja poco antes de las 22h00 locales (16h00 de Ecuador) entre los aplausos de miles de curiosos agolpados en la margen sur del Támesis.

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“Os amo a todos para siempre”, declaró a la multitud después de que la grúa que suspendía su receptáculo –desde el 5 de septiembre anterior a una decena de metros de altura cerca del Tower Bridge–, lo depositara en el suelo.

“Esta ha sido una de las experiencias más importantes de mi vida”, añadió antes de echarse a llorar. Acogido por su novia, la modelo alemana Manon von Gerkan, Blaine fue examinado por varios médicos, que lo pesaron y comprobaron que perdió 27 kilos. Luego fue llevado a un hospital privado.

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Blaine, que oficialmente solo ha ingerido agua a lo largo de su encierro, se someterá a una serie de pruebas para comprobar si el ayuno prolongado ha mermado su salud.

“He aprendido lo mucho que los seres humanos podemos ser fuertes”, acotó ante las cámaras de sus patrocinadores, dos televisiones británicas. Blaine también ha tenido mucho tiempo para meditar sobre las  motivaciones de sus detractores que le han dedicado insultos y arrojado huevos, pelotas de golf y otros proyectiles en señal de reprobación.

Según el canal Sky One, unas 250.000 personas han desfilado desde el 5 de  septiembre delante de la caja de cristal de dos metros de altura y profundidad por uno de anchura. Entre ellos, el ex Beatle Paul McCartney o la modelo Naomi Campbell.

Blaine podría tardar medio año en recuperar del todo su fuerza  muscular y globalmente su forma anterior. Antes de volver a comer con normalidad, deberá ser realimentado de forma muy paulatina por vía intravenosa para evitar que muera por el síndrome de la realimentación.


La otra cara del espectáculo

La hazaña de Blaine no será registrada en el Libro Guinness de los récords, que se opone a gestas relacionadas con el ayuno y que, además, sostiene que otras personas han permanecido encerradas en reductos más pequeños durante más tiempo.

Amante de la publicidad, en ocasiones anteriores David Blaine ha sobrevivido 61 horas dentro de un bloque de hielo de seis toneladas, siete días en un ataúd o siete dentro de un tanque de agua.

Blaine sufría en los últimos días, según él mismo afirma, problemas para respirar, taquicardia, dolores de cabeza y de espalda, alucinaciones, dificultades en la visión y erupciones en la piel. Sin embargo, no faltan teorías conspiratorias que dicen que todo es una farsa.

Algunos afirman que el suelo de su caja está recubierto de una pasta transparente, pero muy nutritiva, con la que se alimentó. Según otra teoría, consumió cápsulas que van liberando día a día nutrientes en su torrente sanguíneo.

Otros afirman que la caja es sólo un holograma o un proyector especial de películas, que proyecta las imágenes de Blaine, que es filmado a toda hora en un lugar secreto. Sin embargo, un análisis del agua que bebe y de su orina no mostró indicios de que Blaine esté empleando trucos. El nutricionista Marinos Elia dijo que la composición de su orina es exactamente la de alguien que pasa hambre.

El emprendimiento de Blaine es muy discutido. El columnista Des Kelly criticó: "Miles de millones de personas pasan hambre todos los días, y a nadie le preocupa. Y de repente un show-man decide ponerse unas semanas a dieta, y se supone que nos debe parecer genial".

Según un informe del periódico "Independent on Sunday", desde el comienzo del emprendimiento de Blaine, el 5 de septiembre, ya murieron más de un millón de personas como consecuencia de la desnutrición.

Lo que nadie discute es que el número de Blaine fue un gran éxito de público que atrajo a unos 250.000 curiosos, entre ellos varios famosos como Paul McCartney, Pamela Anderson, Shirley Bassey y Naomi Campbell, pero también gente que se dedicó a arrojarle huevos, pelotas de golf, bombas de pintura e incluso un pequeño helicóptero comandado a distancia con una hamburguesa, que volaba alrededor de la caja.

Blaine se propuso "encontrar belleza en el sufrimiento". Sus millonarios honorarios se verán bastante reducidos por los altos costos que deberá pagar a la policía que veló por su seguridad.

Su amigo, el ilusionista Uri Geller, cree que publicará un diario sobre sus días de ayuno. Además, ya planea su próxima actuación: permanecer diez minutos bajo el agua. Sin embargo, lo que seguro no repetirá es su experimento de ayuno.