Las taquillas de Norteamérica se vieron estremecidas el fin de semana con la llegada de la violenta y última película del director estadounidense Quentin Tarantino, Kill Bill-Vol. 1. Su homenaje a las patadas de kung-fu vendió entradas por un valor de 22,2 millones de dólares en sus primeros tres días, y se convirtió en la más taquillera del fin de semana que comenzó el 10 de octubre, informó su distribuidor, Miramax Films.