Bajando por la avenida 24 de Mayo se ven los caídos en acción. Están sin zapatos. Es domingo y están sumidos en el sueño profundo, silente y execrable del licor. Al llegar a la calle Venezuela se cuentan 8 borrachines y casi 15 personas que arman una tarima.

Dos carteles con la leyenda: “Divas de la tecnocumbia” no dan cuenta de lo que pasa. Alrededor hay gente con camisetas roqueras. Hay poca gente en la explanada de la 24 de Mayo, hasta que Miguel Alejandro canta.

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Los roqueros solo esperan a La Grupa, anunciada para hacer una explosiva complexión con Hipatia Balseca, pero las trompetas grabadas de Miguel Alejandro son un atractivo llamado para los oídos cumbiamberos, más bien, tecnocumbiamberos.

Se había promocionado que el concierto sería en el Museo de la Ciudad. Pero la muestra fotográfica y de sonidos que contemplaba el proyecto se suspendió, y se lo hizo al aire libre. El director general del Departamento de Educación y Cultura del Municipio de Quito, Augusto Avendaño, sale a dar explicaciones. Lo pifian.

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Todo suena a censura. Ante eso, es mejor bailar y oír a Gigi, que canta el éxito de su quinto disco: “cinco por ocho, cuarenta/ cuarenta cholos tengo yo/ cholito moreno quiéreme”. Ovación total.
También se presentan Traffic Salsa, que pone alegría. Y salta La Grupa. Sorprende con su sanjuanito-rock, su bomba-rock. Hasta que la presentan a la diva mayor: “Con ustedes... Hipatia Balseca”.
Inés Valencia se admira de lo mejor cuidada que está Hipatia. No la ha visto en mucho tiempo. La conocía cuando le abría los conciertos a Olimpia Echeverría. “Hace fuuu, cuando era gordita”, dice. De nuevo sale La Grupa, comandado por la voz pegajosa de la diva. Una mezcla inesperada, pero que gusta.

Ivis Flies, el  bajista de la banda, pregunta si alguien miró la obra de Picasso en el Museo de la Ciudad. Gritan unos pocos. Interroga si asistieron a la exposición del fotógrafo Blomberg. Sucede igual.
–¿A quién le hubiese gusta ver a las divas en el museo?
–¡Yo! –grita el público en masa.