Qué desagradable es que durante una conversación uno de los interlocutores despida un mal olor de la boca. La medicina ha denominado este problema halitosis. No debe minimizarse ya que en muchos casos, la higiene bucal está directamente ligada con el éxito de las relaciones sociales.
El primer paso para eliminar esta molestia por completo es investigar su origen y prevenir. La causa más frecuente del mal aliento se debe a una enfermedad periodontal conocida antiguamente como piorrea, que ataca a los tejidos que rodean los dientes.
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“La falta de una buena limpieza bucal hace que se forme en la superficie de los dientes una placa bacteriana que los cubre y cuando no se trata a tiempo, se produce sangrado de las encías, con mal olor y sabor de la boca”, señala el odontólogo Carlos Alvear. Otra razón para la halitosis es la falta de limpieza de la lengua pues se forman bacterias.
El otorrinolaringólogo Jorge Valdano, dice que los problemas crónicos en la garganta son también responsables del mal aliento, porque en ella se depositan diariamente restos de comida que con el paso de los días se pudre, haciendo que en este órgano aparezcan bolitas blanco-amarillentas muy fétidas. También las enfermedades pulmonares y de las vías respiratorias producen halitosis.
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El gastroenterólogo Juan Peña considera otras razones como malos hábitos o desordenes alimenticios, entre ellos, el consumo de ajo, apio, comino, cebolla, quesos fuertes, comidas condimentadas, jugos artificiales y una variedad de salsas. Ciertas medicinas, alcohol y cigarrillo son otros causantes del mal aliento.
¿Qué hacer?
Lávese los dientes después de las comidas, use hilo dental y haga enjuagues bucales.
Visite cada tres meses al dentista.
Cepíllese la parte posterior de la lengua con un cepillo dental normal o un raspador. En la lengua se acumulan bacterias que producen mal olor.
Coma sano y evite ingerir los alimentos antes mencionados.
Tenga un horario de comida regular, coma lo necesario y no se acueste con el estómago lleno.
Tome medicinas digestivas o antiácidas y, solo en ciertos casos debe ser valorado con una endoscopia digestiva o radiografías de esófago y estómago.