El pasado 10 de febrero exhumaron los restos de Julio Jaramillo por pedido de Nancy Arroyo, su viuda.
Los restos mortales de Julio Jaramillo Laurido ahora descansan en un mausoleo revestido con mármol y cerámica, por la puerta 13 del cementerio general de la ciudad.
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El conocido Ruiseñor de América ahora está en una nueva tumba ubicada a casi 80 metros de distancia de la bóveda que ocupó su cadáver durante 25 años.
El pasado 10 de febrero, un día después de celebrarse 25 años de su fallecimiento, los restos fueron exhumados y llevados al mausoleo. No hubo fanáticos de JJ, ni artistas presentes en el acto, solo la viuda Nancy Arroyo de Jaramillo; el hijo, Julio Alfonso Jaramillo; el subadministrador del cementerio, Miguel Fuentes; y Francisco Feraud Aroca.
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El traslado ocurrió a las 06h00 de ese día, pues se evitó la presencia de curiosos.
El mausoleo está ubicado en la puerta 13, pero al lado izquierdo, cercano al cuerpo de bóvedas 193. En ese espacio sobresale el busto, con las fechas de nacimiento (1 de octubre de 1935) y muerte (9 de febrero de 1978) del Ruiseñor de América, además, dos maceteros y tres estrellas con las siglas de su nombre.
Los restos están ubicados debajo del busto, señaló Francisco Feraud, quien estuvo presente en la exhumación y uno de los impulsadores de la construcción del nuevo mausoleo.
Feraud indicó que el mausoleo fue construido por el Municipio porteño, como un homenaje al cantante guayaquileño.
Este Diario intentó hablar con la viuda del cantante, pero no se la pudo localizar.
Los restos descansan en un amplio sitio. También destaca el apelativo con el que se identifico a Julio Jaramillo: El Ruiseñor de América.
Mientras, la antigua bóveda, ubicada en el bloque 177 de la misma puerta 13, continúa adornada con flores plásticas y secas, y una fotografía de JJ.
Desconocimiento
Mauro Bustamante, de la Asociación de Pintores del cementerio, señala que pocos fanáticos conocen que los restos del artista están en el nuevo mausoleo. Asegura ser testigo de cómo la gente todavía acude a la vieja bóveda. Algunos le dejan ofrendas florales y hacen minutos de silencio.
“Uno tiene que hacer de guía y decirles que ahora están allá; mucha gente no cree”, refiere Bustamante.
Feraud señaló que posiblemente el Municipio porteño haga pública la ubicación del nuevo mausoleo, por las fiestas de julio.