El festival internacional de cine de Cannes proyectó este lunes "Dogville", una de las películas más esperadas de la competición en la que Lars Von Trier elige una vez más como protagonista a una mujer, esta vez interpretada por Nicole Kidman.

"Mi desafío es llegar a una fusión entre el cine, el teatro y la literatura", afirma el padre del movimiento Dogma en una entrevista aparecida en la edición más reciente de la revista Cahiers du Cinéma.

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De forma más prosaica, añade "he querido hacer una película sobre la venganza y la venganza femenina es un tema más curioso que la venganza masculina".

Lars Von Trier volvió a Cannes tres años después de haber recibido la Palma de Oro por "Bailar en la oscuridad" con "Dogville", cuya trama, como la de su anterior película, se desarrolla en Estados Unidos.

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El cineasta danés ha rodeado a su estrella de prestigiosos satélites: Ben Gazzara, Lauren Bacall, James Caan, Chloé Sévigny o Stellan Skarsgard.

Rodada en apenas seis semanas -aunque el montaje ha llevado nueve meses-, Von Trier se mantiene fiel al principio de la cámara al hombro con su correspondiente temblor, aunque admite, en el mismo artículo de la publicación francesa, que es un procedimiento que puede irritar a algunos espectadores.

"Sólo puedo defender esta técnica de una manera, creo que es la mejor forma de filmar mis películas", añade.

Von Trier quiere iniciar con "Dogville" una nueva trilogía tras la conocida como "corazón de oro" (formada por "Rompiendo las olas," "Los idiotas" y "Bailar en la oscuridad"). El segundo capítulo de esta nueva serie tiene el título provisional de "Manderlay".