Macanudo, un potro nacido y criado en el  haras J.R. & S es una de las razones de vida de muchas personas que giran bajo su nombre. Su criador, Santiago Salem; su preparador, Armando Roncancio (colombiano); y su propietario, Diego Puente, forjan en este potro una verdadera empresa, dada su condición de invicto en las pistas del hipódromo El Buijo, y según los entendidos, capaz de foguearse en meetings internacionales como el Clásico del Caribe, en una de cuyas pruebas, una yegua  de nombre Señorita –criada por Salem– ganó en 1999 para Ecuador el Clásico Confraternidad del Caribe, obteniendo una bolsa de 45 mil dólares en premios.

“Mi reino por un caballlo”, exclamó el rey Ricardo III de Inglaterra en plena batalla de Bosworth en 1485. Eso sintetiza la importancia del caballo en la historia del ser humano y en la existencia de Diego Puente Morla. Es como el resumen de una vida siempre identificada y ligada con el purasangre de carreras.

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Este ejecutivo ha estado familiarizado a la hípica guayaquileña por su amistad con la familia Salem y, por una insinuación de Santiago Salem para que participe en los remates de selectos, el haber adquirido y convertirse en propietario del gran Macanudo, el cual viajará a Estados Unidos y el Caribe en busca de un triunfo hípico internacional.

Los ojos de Diego Puente Morla brillan cuando recuerda tanto esos momentos y su buena fortuna. Macanudo está invicto en el hipódromo El Buijo con sus seis salidas a la pista, tiene aprontes y guarismos maravillosos y fue otro exclusivo ganador del clásico Selectos.

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Macanudo posa para los fotógrafos como una estrella del celuloide, mantiene en alto la cola. En sus triunfos como debutante definió rápidamente la victoria en velocidad, pero tampoco está exento de soportar resistencia que es lo que necesitará para cubrir los 1.800 o 1.900 metros del Clásico del Caribe y traer el premio a Ecuador, su casa.

a afición a la hípica presente en Diego Puente Morla, Diego Puente Vela (hijo, der.) y su nieto Diego Puente Silva, dueños de Macanudo.
Siempre presentes en el hipódromo samborondeño Antonio Samán Salem y su hijo Tony Samán Péndola.
   
Tres generaciones: Eduardo Jairala Ferzán (centro), Jimmy Jairala Vallaza (derecha) y actualmente, con Javier Jairala Jiménez (izquierda).
Miguel Salem Dibo (sentado), acompañado de su hijo Santiago Salem Kronfle y sus nietos Santiago y Julio Salem Barakat.
   
Roberto Guevara Aguirre, consta con su nieto Roberto Torres Guevara, un fiel seguidor de esta actividad. Constituyen una tradición familiar.