Podría pensarse que el latín es una lengua muerta, pero un diccionario del latín moderno editado por el Vaticano es un liber venditissimus, un éxito editorial.

Este proyecto busca mantener actualizado el lenguaje, incluso tomando en cuenta que en la época de los romanos no había lavadoras de trastes, discotecas ni campos de golf en miniatura.

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La casa editorial del Vaticano publicó una edición combinada del diccionario latín-italiano después de que se agotaron los dos volúmenes anteriores. Fueron impresas 500 copias a un precio de venta de 100 euros (115 dólares).

La obra ofrece a los estudiantes del latín, todavía la lengua oficial de la Iglesia Católica, una forma de hablar o escribir acerca de cosas que no existían cuando la antigua Roma dominaba el mundo.

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Así, FBI es officium foederatum vestigatorium e Interpol es publicae securitatis custos internationalis.

Los aficionados al deporte pueden saber cómo decir dopaje en latín, usus agonisticus medicamenti stupecfactivi, y los trabajadores que conducen hacia sus puestos de trabajo pueden aprender que tempus maximae frequentiae significa la hora de máxima congestión.