Al fondo del horizonte, las nubes bajas y densas tapan a la  provincia de Esmeraldas. En el noroccidente de Pichicha, en este portal de geografía accidentada, clima templado, verdor permanente y suelo muy fértil, empieza a  vislumbrarse un importante futuro lechero.

El amparo público seccional en electrificación, telefonía, educación y en el momento del mejoramiento de la vía de acceso,  hace de Pacto, Santa Elena, Gualea Cruz, o Armenia, un lugar para vivir mejor que en la ciudad, aprecia Rodman Grijalba, presidente de la Junta Parroquial de Gualea,  al indicar que como él, familias enteras se  vinieron a esta parte rural y montañosa del Distrito Metropolitano de Quito.
Ya asentados hay cerca de 15 mil habitantes. 

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El ordeño diario de unos 18 mil litros, tiende a desplazar la molienda de la caña para elaborar panela y licor.

En los planes de desarrollo con el gobierno provincial está claro que para mejorar los ingresos de trabajadores y propietarios de pequeñas fincas, hay que buscar otras alternativas de ingreso.

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Conjuntamente con la Prefectura, describe Grijalba, conformaron un grupo productivo que aglutina a los moradores y construyeron en la granja agroecológica comunal, siete piscinas para la producción de tilapia y una chanchera.

El gobierno provincial surtió los alevines, brindó la capacitación y los materiales  y para el mismo proyecto productivo las Juntas Parroquiales recibieron un crédito de $ 13.000 de Fondvida. 

Edwin Miño, jefe de Generación de ingresos comunitarios de la entidad gubernamental dijo que adicional a todo esto, esta por abrirse un centro de acopio lechero con capacidad de 2000 litros y la exportación de animelas de tagua.

Horizontes
Botones de tagua
La microempresa El Colibrí, en La Tola, parroquia  Gualea, está en capacidad de entregar 2 toneladas mensuales de animela de tagua,  para manufacturar botones de diversos tamaños y colores.
La palma se da silvestremente en la jurisdicción y es poco explotada.  También ofrece bellas artesanías  y collares.