¿Qué pensaría si al llegar a casa la niñera le dice que sus dos pequeños hijos estaban tocándose sus órganos genitales. O que en la escuela ellos estaban jugando con otros compañeritos al doctor? ¿Cómo lo tomaría usted?
El descubrimiento de la sexualidad en los niños es normal, dice la psicóloga Evelyn Brachetti, pero son los padres que tienden a interpretarlo como erotismo y reaccionan negativamente castigándolos.Usualmente entre el nacimiento y los 2 años los pequeños investigan sus genitales y los de otros y disfrutan de la desnudez.Entre los 3 y los 5 se interesan por los “agujeritos” de las funciones de eliminación, se tocan sus genitales y ciertas áreas, y pueden llegar incluso a experimentar “orgasmos”. Comienzan a presentar juegos sensuales con sus compañeros o hermanos y muestran sus genitales desnudándose.“La edad a la que por primera vez son conscientes de que la conducta sexual es una experiencia interpersonal no es muy clara. Por lo general, imitan comportamientos y actitudes que perciben de los adultos que lo rodean o de los medios de comunicación”, indica Brachetti.La psiquiatra Catina Solano agrega que aproximadamente entre los 3 y 6 años se encuentra la etapa genital, también conocida como la fase edípica (enamoramiento a los padres), que tiene que ver con las conductas sexuales de los niños, lo que afianzará en las relaciones de pareja en la vida adulta.Hay niños con sus características propias de personalidad y temperamento, que debido a influencias culturales, ambientales, familiares, religiosas pueden variar los procesos en relación a la sexualidad.Incluso, señala Brachetti, después de los 6 años los niños toman gradualmente conciencia del vínculo sexual y conocen aspectos relacionados con el embarazo, aumentan los juegos sensuales entre hermanos o con amigos y fantasean o sueñan en relación a besos, masturbación o relaciones. Pero poco a poco van avergonzándose y esconden sus juegos sensuales.Además, a partir de que inician la etapa escolar, dice Solano, la genitalidad en los niños está relacionada con el funcionamiento de los órganos sexuales.Crecen con temores
Por una interpretación inadecuada de algunos adultos, indica Núñez, los niños y niñas pueden crecer con muchos temores de su sexualidad y creer que su curiosidad es “algo malo”. Podrían estar muy controlados e inhibir su manifestación sexual normal o buscar formas poco adecuadas para responder a su curiosidad: televisión, Internet, adultos poco confiables y la pornografía. Es más, pueden ser víctimas de abuso o violación sexual, lo cual alterará el curso normal de su desarrollo sexual.Cuándo preocuparnos
Evelyn Brachetti señala que todo interés o manifestación sexual puede ser normal o anormal a la vez, siempre en referencia a hitos (señales) madurativos esperados a la edad y en criterios relativos a la intensidad, la duración y las consecuencias que tienen en la vida del chico.Si un niño estimula sus genitales delante de otros a los 3 años tiene una valoración distinta que si lo hace a los 8. O si la manipulación es ocasional o es a cada rato con otros niños, marca también una diferencia importante.Básicamente, el adulto podría guiarse por estos criterios en relación a lo que más preocuparía:
Cuando descubren juegos sexuales entre chicos que no ven con frecuencia.Cuando las conductas sexuales afectan otros aspectos de la vida del chico. Por ejemplo: deja de jugar por pasar tocándose sus genitales.Cuando tiene conocimientos o actitudes sexuales que corresponden a chicos o personas mayores. Por ejemplo: si encuentra a un niño de 5 en contacto orogenital con uno de 3.Cuando las actitudes sexuales son muy persistentes y los realizan en cualquier momento o lugar.Cuando molestan a otros con sus actitudes o intereses. Como, por ejemplo, meter la mano en el seno de una señora que viene de visita. Cuando aumentan en intensidad y duración. Es decir, si un chiquito se toca sus genitales de vez en cuando y de pronto lo está haciendo todo el día. Cuando estos comportamientos va asociados a miedos, ansiedad, culpa, vergüenza o rabia.
Cuando le causan al niño dolor físico o emocional. Cuando nos llevan a sospechar dificultades en la identificación sexual del niño. Por ejemplo: un varón que dice querer ser niña y que intenta vestirse y maquillarse como mamá y jugar con barbies o solo elegir amigas. Y, cuando un cambio brusco en su personalidad y actitudes nos hacen sospechar que el niño está siendo abusado por otros niños mayores o por adultos.Educación es indispensable
La educación sexual es indispensable para contrarrestar las conductas sexuales aceleradas, ya que los chicos están bombardeados por mensajes sexuales en películas o propagandas. Evelyn Brachetti, María de los Ángeles Núñez y Catina Solano aconsejan a los padres tomar en cuenta los siguientes puntos:
Hábleles a los niños sobre sexo para lograr que tengan una postura natural y sana hacia la sexualidad.Mientras más se esconde o se evita hablar del tema, se lo convierte en foco de mayor curiosidad.Respete al niño.Enséñele que nadie debe tocar sus partes íntimas.Eviten mantener relaciones sexuales en presencia de los hijos.Tengan control de ciertos programas de televisión donde se exhibe pornografía. ","isAccessibleForFree":true}
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¿Qué pensaría si al llegar a casa la niñera le dice que sus dos pequeños hijos estaban tocándose sus órganos genitales. O que en la escuela ellos estaban jugando con otros compañeritos al doctor? ¿Cómo lo tomaría usted?
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