Argentina, que volvía a Japón después de haber caído en este país en la primera fase del último Mundial, dominó el partido y no logró una victoria más abultada debido a las buenas intervenciones del portero nipón Seigo Narazaki.
El tanto de Sorín llegó dos minutos después del descanso cuando el centrocampista del Lazio remató dentro del área un centro de Juan Sebastián Verón.
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Dos minutos más tarde, el delantero del Inter Milán, Hernán Crespo, cerró la cuenta al cabecear un centro de Ariel Ortega, que fue un duro golpe para los 61.000 espectadores que poblaban el estadio de Saitama.
Japón intentó ser más peligroso tras esos dos tantos con la entrada de Masashi Nakayama y el brasileño nacionalizado Álex Santos, pero los argentinos nunca dejaron el menor control del partido a los asiáticos.
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Los japoneses estuvieron a punto de marcar en el minuto 85 cuando un tiro libre de Santos rozó el larguero.
En la primera media hora de partido no hubo muchas ocasiones, debido a que la defensa japonesa controló bien los ataques argentinos. El equipo asiático gozó incluso de la primera ocasión del encuentro cuando Naohiro Takahara remató en el minuto 19 un centro de tiro libre de Shunsuke Nakamura.
Pero después de ese susto, el combinado argentino se hizo con el mando del juego.
El seleccionador de Japón, el brasileño Zico, que no pudo asistir al partido debido a que viajó a su país para asistir al funeral de su madre, telefoneó a sus jugadores tras el juego.