Una conferencia del sociólogo argentino Nestor García Cancini y una mesa redonda con varios autores latinoamericanos dieron esta mañana en Fráncfort dos visiones sobre el continente y, en especial, sobre sus perspectivas culturales para este siglo.
La conferencia de García Cancini -que sirvió para inaugurar la llamada "Plaza Latina"- estuvo dedicada a presentar su libro "Latinoamérica en busca de su lugar en el siglo", en el que analiza el papel que desempeña el continente en el proceso de globalización.
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Según García Cancini, los latinoamericanos participan en el proceso de globalización en tres papeles diferentes: como deudores, como emigrantes y como productores culturales.
Este último papel, que es el que más interesa a un foro como la Feria, tiene dos aspectos: por una parte, está la cooperación entre artistas y creadores dentro de Latinoamérica y, por otra, la vinculación de ellos a empresas editoriales europeas, sobre todo españolas, que llevan su trabajo más allá del continente.
Esto último hace que buena parte del éxito del trabajo cultural de los latinoamericanos dependa de la recepción que éste pueda tener en Europa y también en Estados Unidos, para lo que, además de las editoriales, hay que tener en cuenta el papel que desempeñan los llamados "Estudios latinoamericanos" en las universidades.
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"La mesa redonda, en la que participaron el escritor colombiano Héctor Abad, el cubano Jorge Luis Arrazola, el panameño Luis Pulido Ritter y la asesora en literatura hispanoamericana de la editorial alemana Suhrkamp, estuvo dedicada a algunas dificultades en la recepción de la nueva literatura hispanoamericana en Europa."
La tesis central de los cuatro participantes en la mesa redonda es la de que en Europa existen y han existido siempre una serie de mitos sobre Latinoamérica y que muchos lectores esperan que los libros que vienen de ese continente satisfagan las expectativas que esos mitos generan.
Abad dividió esos mitos en unos de carácter negativo, fundados en la idea de Buffon de que Latinoamérica era un continente inferior porque los pumas no tenían melena y los hombres no tenían barba, y otros de orden positivo, como los acuñados por Alejandro de Humboldt con sus trabajos sobre la naturaleza americana.
"No todas las novelas que se escriben en Latinoamérica pueden narrar un viaje al Amazonas y describir un montón de pájaros raros, porque la realidad del continente es más compleja", dijo Abad.
"Latinoamérica es un continente tan complejo que puede ser visto como un reflejo del mundo. Si yo digo que en Latinoamérica el diez% de la población es blanca y controla la mayor parte de la riqueza ustedes pueden aplicar la misma frase al mundo sin que pierda validez", dijo el escritor colombiano.
Mientras Arrazola y Abad aseguran que los mitos sobre América Latina son de origen europeo, Pulido Ritter dijo que muchos de ellos habían sido "refundados" por los latinoamericanos atendiendo a necesidades propias.
Como ejemplos de su tesis, Pulido Ritter mencionó la obra de Alejo Carpentier -alrededor de la que el propio escritor cubano acuñó el concepto de lo real maravilloso americano- o el movimiento muralista en la pintura mexicana en la década de 1920, cuando se recurrió a mitos en la búsqueda de una identidad.
Arrazola, por su parte, sostiene que en muchos europeos los mitos están tan arraigados que, aunque visiten Latinoamérica, cuando regresan siguen hablando del continente imaginado, lo que les impide percibir el continente real a pesar de la visita.
"Cuando se montan en el avión de regreso siguen teniendo la imagen preconcebida que tenían antes", aseguró Arrazola.