El Mandatario trata de convencer a la comunidad internacional que es necesario una acción contra Irak.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, intensificó su campaña de presión a líderes mundiales, como antesala a su  discurso mañana ante la Asamblea General de la ONU, en el que tiene previsto dejar clara su estrategia para derrocar al presidente iraquí Saddam  Hussein.

Ayer el Mandatario se reunió con el primer ministro de Portugal, José Manuel Durao Barroso, y tenía previsto hablar con otros gobernantes.

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Bush dijo que su conversación con Durao Barroso estuvo concentrada en las “futuras amenazas que enfrentamos todos nosotros, las graves posibilidades de  que regímenes que están fuera de la ley desarrollen armas de destrucción masiva  y las utilicen junto a organizaciones terroristas, o las usen ellos solos  contra países que amen la libertad”.

El presidente se ha embarcado en un intenso esfuerzo por obtener apoyo internacional para su campaña contra las “armas de destrucción masiva de Irak”.  Sin embargo, Washington enfrenta una oposición generalizada a cualquier acción  militar que no tenga respaldo de la ONU.

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Ni Bush ni la Casa Blanca informaron detalles sobre el discurso que el Mandatario presentará mañana en Nueva York. “Tengo algo para decir y estoy ansioso por hablar ante ese cuerpo  internacional sobre cómo hacer para cuidar la paz internacional”, manifestó el Mandatario.

“La gente en todo el mundo tendrá una visión clara y completa de lo que  piensa el Presidente después del discurso”, dijo, en tanto, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.

Diálogo con Fox
El presidente mexicano, Vicente Fox, le manifestó ayer a Bush, que el Consejo de Seguridad de la ONU es el foro idóneo para tratar de encontrar “una solución duradera a la cuestión de Irak”, informó la Oficina de la Presidencia.

En un diálogo telefónico entre ambos líderes, Fox le expresó a Bush que cualquier acción futura contra Irak debe nacer de un “diagnóstico claro” sobre las posibilidades de acceso de grupos terroristas al arsenal iraquí, y de “construir un consenso” dentro del Consejo de Seguridad.