El director del coro de la Casa de la Cultura, Juan Carlos Urrutia, es, además, arreglista, compositor y actor.

La mitad del día pasa en su casa y la otra mitad la dispone para acudir a la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas, donde se desempeña como director del coro de esa institución.  A ambos sitios los une el que Juan Carlos Urrutia, de 35 años, los considere sus espacios favoritos para producir música.

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Su primer contacto con el arte musical lo tuvo a los 12 años cuando, dejándose llevar por el entusiasmo de que sus amigos tocaban guitarra, él también quiso tener una.

Dos años después ingresó en el conservatorio nacional Antonio Neumane. Para él este hecho significó estar en las puertas del cielo, porque fue algo que anheló. Aprendió a tocar guitarra y piano, y también  a componer.

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Perteneció a los grupos Suplemento Especial, compuesto por Lenín Idrovo, Fernando Gil y Carlos Prado; Banda de Papel, Caudal y Nuevo Contraste.
Después se alejó de la guitarra, porque él disfrutaba más del contacto con la gente, y empezó a dirigir coros. El primero que tuvo a su cargo fue, en 1995, el del conservatorio al que perteneció.

También dirigió el coro del colegio Jefferson.  En 1998, luego de separarse del grupo del conservatorio, fundó el de la Casa de la Cultura. Actualmente es, además, director asistente del coro de estudiantes de la Universidad de Guayaquil y dirige el del colegio Logos.

Otra faceta de Urrutia, desde hace diez años, es la de compositor musical. Escribió cerca de 50 temas pero solo 10 son conocidos porque los utilizaron otros directores y solistas para incluirlos en conciertos locales o internacionales. Desde hace un año compone música para las obras de teatro inéditas que presenta Teatro Ensayo Gestus y Teatro Experimental Guayaquil, una de ellas fue La planta de cuadernos. Realizó arreglos corales y escribió la música de los himnos de los colegios Urdesa School y Logos.
Con vocación teatral
Urrutia incursiona ahora en otra rama artística: el teatro, pero de eso no quiere hablar mucho porque lo fundamental para él es la dirección coral y la composición. Ni en su casa descansa. En su dormitorio tiene  su estudio musical que es el lugar que le permite ser feliz, por ello se considera egoísta con sus cosas. Sin embargo, sus sentimientos sí los comparte. En su hogar, donde vive con su mamá, lava su ropa y arregla cosas manuales.

Entre sus virtudes están la persistencia, lealtad y honestidad a sus principios y convicciones, pero también tiene defectos, como la impaciencia, por ejemplo.