El gobierno de Venezuela despidió el domingo a siete altos ejecutivos de la estatal petrolera PDVSA y dio la jubilación a otros 12, a quienes responsabilizó de la escalada del conflicto que desde hace seis semanas mantienen los trabajadores de la corporación.

El presidente Hugo Chávez, en un discurso que fue transmitido al país conjuntamente por radio y televisión, dijo: "Ya está bueno. Una élite de PDVSA se ha pasado de la línea".

El mandatario, que anunció los despidos como si estuviera en un juego de fútbol, sonando un pito y diciendo "offside" (fuera de juego), agregó: "Se convirtieron en saboteadores de una empresa que es de todos los venezolanos".

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Los trabajadores disidentes reclamaban inicialmente la renuncia de cinco nuevos directivos que, a su juicio, fueron designados por su simpatía con el gobierno y no por sus méritos. Advirtieron que la empresa esta siendo "politizada", lo que podría llevarla por un despeñadero, junto con el país.

La semana pasada, radicalizaron su posición y pidieron la dimisión de toda la directiva, argumentando que con ella no se podía negociar. Además, arreciaron los paros administrativos y las ruidosas protestas de calle.

Los ejecutivos despedidos fueron Edy Ramírez, director gerente de la filial Palmaven; Juan Fernández, gerente de planificación y control de finanzas; Horacio Medina, gerente de estrategia de negociación; Gonzálo Feijoo, asesor mayor de estrategia de refinación; Edgar Quijano y Alfredo Gómez, asesores laborales de recursos humanos, y Carmen Elisa Hernández, analista de proyectos de PDVSA Gas.

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"DOLOROSA" DECISION QUE PODRIA CONTINUAR

El presidente de PDVSA, Gastón Parra, explicó en rueda de prensa que los despidos se debieron a la salida intempestiva e injustificada del sitio de trabajo durante la jornada, sin permiso o autorización; falta injustificada al trabajo, perturbando y obstaculizando la marcha de las actividades de la empresa; participación activa e instigación pública en la suspensión colectiva de labores.

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Parra aspira que, con la salida de estos trabajadores, la calma vuelva a la mayor petrolera de Latinoamérica, cuya actividad es vital para Venezuela, cuarto exportador mundial de crudo.

Chávez y Parra anunciaron también la jubilación de otros 12 altos ejecutivos, que participaron en las acciones de conflicto, argumentando que la medida procede porque los empleados cumplieron al menos 15 años de servicio y una edad que sumada a éste, permite acumular al menos 65 puntos.

El jefe de PDVSA dijo, además, que otros cinco gerentes fueron cambiados de sus cargos, una medida menos contundente, porque actuaron en menor grado en el conflicto.

Parra expresó que las decisiones de la junta eran "dolorosas" y que no puede verse como una venganza ni represalia, porque "no se nos dejó otro camino".

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Chávez y Parra reiteraron que la situación operativa en la industria petrolera es completamente normal, con excepción de la refinería El Palito, en el central estado Carabobo, donde admitieron problemas.

El mandatario calificó de "subversivos" a los trabajadores que paralizaron parcialmente la refinería El Palito, en la que aseguró que las operaciones se están normalizando.

El presidente, un militar retirado que encabezó un frustrado golpe de estado en 1992, pero que llegó al poder por medio de los vots en 1999, dijo que no tenía inconvenientes es continuar despidiendo a más trabajadores de PDVSA, que cuenta con unos 40.000 empleados.

"Yo no tengo problemas de rasparlos (despedirlos) a todos, a toditos, si a todos hay que rasparlos", afirmó.

En medio del conflicto de PDVSA, la opositora Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) convocó para el martes a una huelga de 24 horas, que podría extenderse, en protesta por lo que han llamado el "terrorismo" que aplica el gobierno a los trabajadores y a los sindicatos.