Nota de la Redacción: Reproducimos el pódcast ‘Entre dos’, de EL UNIVERSO, con Miriam Murillo, actriz ecuatoriana, para quienes prefieren leer. También puede verlo en nuestra cuenta de YouTube.


La mamá del Cholito (David Reinoso), y también doña Yoco, la suegra de Genaro Tomalá (Martín Calle), de Tres familias, son una misma persona en la vida real: Miriam Murillo, actriz ecuatoriana que para nuestra sorpresa se declara introvertida.

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En el pódcast Entre dos descubrió a la mujer detrás de la actriz. Cuando interpretó a Esther, la mamá de El Cholito, telenovela de la que se prepara una segunda parte, se sintió identificada porque es madre de hija única, Ámbar, a quien considera su milagro de vida porque llegó detrás de mucho esfuerzo y de un aborto clínico al que la condujo un grave accidente por el que estuvo en riesgo de muerte. Miriam confesó el dolor más grande que ha sentido en la vida.

Tres familias vio la luz hace diez años y tuvo seis temporadas, ahora los Tomalá Cabeza están en otro producto, ¿cuéntanos de qué se trata?, ¿es digital, verdad?

Sí, digital. Como parece que a la gente le encantó la serie y más que nada como que extrañaba a la familia Tomalá Cabeza, los más locos, los de clase baja, a Ecuavisa se le ocurre hacer Los Tomalá Cabeza influencers, pero en las redes, para las redes no para la televisión.

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¿Están en YouTube?

En YouTube, sí.

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Miriam, Tres familias se vendió a México, la historia. ¿Qué siente el actor, hay un mal sabor cuando se vende la historia y no el paquete completo, porque acá podemos ver telenovelas, series grabadas en países vecinos y llegan desde el extranjero completas, hay un mal sabor por eso?

Yo creo que sí, creo que los actores e incluso supongo que el director y los productores lo sienten. Hubiera sido distinta la situación si nos hubieran llevado con todo, o sea la serie completa, actuar y todo, pero no, parece que ellos quisieron solo la franquicia y la hicieron con sus actores y sí nos queda como ‘ay, por qué no ser reconocidos allá en México, ¡imagínate!’. Pero no, no, pasó, un mal sabor, o sea, no un mal sabor, digamos como que faltó algo.

Puede ser eso del acento que lo manejan mucho en series extranjeras

Claro, pero en México yo creo que también son muy nacionalistas, ellos todos son México, México, los actores mexicanos, entonces creo que va por ahí más que por otra cosa .

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Al principio parece que le fue bien, pero parece que los actores no tuvieron mucha química, o sea, supimos que hasta la mitad de la primera temporada terminó bien, no continuaron una segunda temporada, que por los actores que ya estuvieron en otros trabajos y ya se quedó ahí. No como nosotros que seguimos adelante.

Es tentador querer hablar con doña Yoco, pero antes yo quiero preguntarle a Miriam de su trayectoria: ¿cuándo inicias con la actuación?

Yo inicio en el 80, por ahí empecé en un curso de actuación de teatro en el famoso El Juglar y me gustó, pues quedé de largo.

Y en la actuación conociste al amor. Estás casada con el estricto director de teatro Augusto Enríquez, te ha dirigido, ¿cómo es esto? ¿Qué tan estricto es en la casa y en la actuación?

Bueno, en la actuación es más estricto que en la casa, porque en la casa mando yo.

¿Con chancleta o sin chancleta?

Sin chancleta (ríe). La verdad es que nos complementamos mucho.

¿Te ha dirigido?

Sí, bastante. Al principio cuando recién llegamos de Argentina, pues fuimos a estudiar allá arte dramático a la universidad, llegamos y montamos un espectáculo, Dos viejos pánico, me acuerdo que se llamaba la obra. Entonces los dos actuabamos y nos dirigíamos, eso sí fue el hecatombe total, no nos entendíamos, él quería poner una apuesta, yo quería la otra apuesta. Él quería decir así. Yo quería ir así.

¿El problema se trasladó a la casa?

Y se trasladó a la casa el problema: tú allá en ese cuarto, yo en este cuarto, pero después entendimos que el trabajo es una cosa y la pareja es otra cosa.

¿Cómo es tu familia Miriam?

Es cortita. En la personal es Augusto mi esposo, yo y mi hija, nadie más. De ahí mi mamá, mi papi que ya falleció y mis dos hermanos. Tengo sobrinos, pero también cada uno de mis hermanos han tenido poquitos hijos. Mi hermano solo un hijo y mi hermana, tres. Yo he escuchado de esas familias que son numerosas y arman la fiesta, acá no podemos porque somos cuatro pelagatos y nos miramos la cara.

Pero Miriam es el alma de la fiesta

No, parece mentira, yo no soy el alma de la fiesta.

¿Quiés el alma de la fiesta?

Mi hermana y mi mami. La gente piensa, ¡ay!, cómo es doña Yoco toda loca, así, yo soy todo lo contrario.

¿No eres extrovertida?

No, yo soy introvertida, soy así como que poco sociable. Tú me invitas a una fiesta donde yo no conozco a nadie y me arrincono. Soy tímida, parece mentira.

Es cierto. Miriam pasaste por la redacción de Diario EL UNIVERSO, te miraban y se te notó un poco intimidada, ¿sí o no?

Sí, sí. Mira que una vez en la en la calle me venía siguiendo una niña, antes de la pandemia, todavía no había tanta violencia como ahora. Me acuerdo que estaba comprando unas cosas de vestuario por el centro, yo venía caminando y sentía que me venían siguiendo: ‘Dios mío me van a arranchar algo o me van a poner escopolamina para robarme’ y yo caminaba más rápido y las personas de atrás caminaban más rápido. Y empezó a darme nervios, entonces yo quise cruzar la calle y la persona se queda ahí y el corazón me latía y una señora me dice: ‘Perdón, usted es doña Yoco’, cuando digo sí me responde: ‘Es que mi hija quiere tomarse una foto’ y yo ‘por qué no me dijo’ y ella: ‘Porque le daba vergüenza y solo la estaba siguiendo’ y le digo ‘¡casi me mata de un infarto, pensé que me iba a asaltar’.

En la calle entonces eres más doña Yoco que Miriam

Sí por ahí, o sea, para todo el mundo yo ya no soy Miriam, es doña Yoco, yo dejé de ser Miriam y todo el mundo me conoce como doña Yoco.

Miriam Murillo interpretó a Esther, la madre de El Cholito en la telenovela que lleva ese nombre y de la que se prepara una segunda parte. Es un papel que recuerda con especial cariño. Foto: Jorge Lozada

¿No sientes que doña Yoco se te robó la personalidad?

No, sabes que no, porque, o sea, en la calle cuando la gente me dice doña Yoco, yo la saludo, soy atenta porque tú sabes es la gente que te sigue, la que te ve.

Son los admiradores

Claro, entonces yo soy muy amable, me tomo fotos y todo, pero no es que yo deje de ser Miriam para ser doña Yoco. Entonces ya una vez que se van sigo siendo la Miriam de siempre, la Miriam seca, así como todo el mundo dice que soy, amargada, pero no sé, ¿soy amargada? (ríe).

¿Cómo te describirías tú?

Muy introvertida, sí seca, si soy seca para qué, yo no puedo ser sociable. Yo quisiera ser así como tengo unas amigas que son así, ¡uyyy!

¿Qué esperas de la vida?

De la vida espero mucho, mucha salud, sobre todo para toda mi familia, trabajo. Que sea buena conmigo en estas circunstancias de que estamos viviendo ahorita, que no me toque ninguna de esas cosas, que no den mi nombre (ríe nerviosa), es un chiste, pero no, que sea buena la vida conmigo.

¿Le temes a estar en la calle?

Sí, sí, sabes que sí, yo le tengo pánico a salir, yo no puedo andar en colectivo. Me da miedo que me vayan a asaltar y peor que hubo una época que estaban llamando a todos los actores para vacunarlos (extorsionarlos), para decirles que los iban a secuestrar, entonces me da miedo.

Te salvaste de eso (llamadas de extorsión), a ti no te llamaron.

Sí, me llamaron varias veces, pero yo bloqueaba, yo puse un codificador de llamadas celular y ahí me sale vacunadores, me sale choneros... Parece que alguien llamó y pone los nombres, entonces ya el call center este coge el nombre y me sale, entonces yo ni contesto, los bloqueo de una, pero mi esposo sí contestó y dijeron: ‘¡Ah!, que te vamos a hacer...’ y le digo ‘bloquea eso’, entonces sí, uno vive con ese miedo, con ese pánico, como te decía yo no puedo andar en la calle, en Metrovía, en colectivo, no porque sea adefesiosa, porque me da miedo que me vayan a secuestrar, digamos ahí y uno chiro me matan, pues no tengo plata para pagar.

Los actores no ganan bien

No, parece, la gente piensa que los actores ganamos un montón de plata, pero no, ganamos por el proyecto que viene y de ahí ya terminé el proyecto y nada.

Miriam, lo siento, pero no me puedo privar de hablar con doña Yoco. ¿Qué representa la chancleta en la vida de doña Yoco?

Bueno, mi hijita, voy a hablar como doña Yoco, ‘feísima, la chancleta es el mejor corrector que hay en la vida, porque si no te chancletean no aprendes nada, mi amor, no aprendes nada, siempre vas a estar hecha la grilla, calzón flojo, no, la chancleta es el mejor corrector, si tú no te educas chancletazo contigo’.

¿Cuál es el mejor chancletazo que has dado?

¿El mejor chancletazo?... Bueno, sabes que yo aprendí que el mejor chancletazo no es darlo. Cuando estaba mi hija pequeña, yo le tiré la chancleta porque me sacó de casillas, se la tiré y ella me la esquiva, entonces yo me quedé así (congelada) y empezó a burlarse de mí, a reírse ‘que sí, que doña Yoco no atinó’ y yo de la furia, te juro, empecé a llorar porque no le atiné la chancleta y ella se mofaba, me decía ‘te hice llorar, te hice llorar’, entonces dije ‘yo no puedo educar a mi hija con chancletazos’, porque aunque digas sí es bueno corregir con chancleta, hay niños que parece que no necesitan un chancletazo para corregirlos.

¿Tu hija creció viéndote como doña Yoco en televisión?

Claro, sí.

Qué edad tiene tu hija

Tiene 22 años

¿Cómo reaccionaba de niña al ver a su madre en televisión como otro personaje?

No le gustaba mucho porque en la escuela la molestaban. Me acuerdo que ella cuando yo empecé, por ejemplo, con la mamá del Cholito en la novela, tenía como 4 o 5 añitos y los chiquitos de la escuelita -estaba en primer grado o en segundo- le decían ‘¡ah!, tú eres la hermana del Cholito, cholita, cholita, eres la hermana del Cholito’, entonces ella como que reaccionó y se ponía bravísima. No le gustaba verme actuando como la mamá del Cholito porque empezaron a molestarla. Cuando hice a doña Yoco también la gente la molestaba ‘ahh la chancletuda’, ‘tu mamá es la chancletuda’, tampoco le gustaba, entonces ella guarda distancia de mi trabajo actoral con lo que ella vaya a sentir o le vayan a decir los amigos. Ahora que ya está en la universidad es distinto, ya los amigos le dicen ‘¡uyy!, tu mamá ha sido tal cosa’.

Ahora siente el orgullo de la mamá actriz

Claro... los amigos le comentan: ‘tu mamá ha sido doña Yoco, ¿y por qué no me dijiste?’, ‘y por qué te voy a decir’, ‘¡nooo tu mamá ha sido doña Yoco!

Ahora le piden una foto con la mamá y no con ella

Sí, o me dice, ‘mami, mi amigo quiere que le mandes un mensajito’, entonces es distinto.

¿A qué personaje del acontecer nacional le darías con gusto un chancletazo?

¡Uy!, hermana, a un montón les daría un chancletazo, ¡ehhh!, sabes que a mí no me gusta como hablar de políticos, pero creo que a los políticos de ahora, a esos les daría un chancletazo, pero no chancletazo, un látigo y grueso, porque la verdad es que la política nuestra no es como como soñamos, como debería ser. No hay una política social, como alguien decía por ahí, más económica, de mis intereses, no de los intereses del otro. Yo creo que a esa gente sí le metería un chancletazo.

Miriam, y en farándula, ¿le darías a alguien un chancletazo?

Tampoco quiero decir un nombre, pero hay muchos actores y muchas actrices que necesitan un chancletazo porque yo pienso que se dejan llevar, se dejan obnubilar por la fama o porque la gente los hace famosos y actúan desde ese punto de vista, o sea, no, actúan. Yo siempre digo que hay actores que no son actores, no porque no salgan sino porque se creen que son divos, que ya son famosos y de acuerdo con ese estatus actúan.

Cómo te cayó a ti la popularidad.

Mira, es que yo siempre he dicho que la actuación es mi trabajo, no es un hobbie. Yo vivo de esto, entonces lo veo como un trabajo, no lo veo como ahhhh voy a ser famosa o me voy a hacer millonaria. Para mí es una profesión que estudié y que me sacrifiqué, que me fui a otro país a pasar penalidades para estudiar en la universidad. Entonces a mí me costó mucho esta profesión, la veo y la cuido como eso, como mi profesión, vivo de esto.

¿Cuál es el personaje que te ha dejado más satisfacciones o el que guardas con mayor cariño?

En el teatro, yo digo, hay un personaje que es la primera obra que hicimos con Augusto cuando regresamos de Argentina: Dos viejos pánico, eran dos viejitos, yo a esa obra y a esos personajes los amo porque fue la primera obra que montamos aquí ya como profesionales salidos de la universidad, entonces me marcó, de ser un artista empírica a ser un artista ya con técnica. Y en la televisión me gustó mucho ser Esther, la mamá del Cholito, porque fue la obra que yo relacioné a mi hija, a Ambar con el Cholito, mi hija es hija única, a mí me costó tenerla, yo no podía tener hijos, entonces el director, Jorge (Toledo), me dice ‘mira él es tu hijo único’ -porque yo no iba a ser la mamá del Cholo, yo iba a ser la mamá de la otra, flor me acuerdo que era- me dice, ‘tú te pareces mucho al cholo, tú vas a ser mamá, es hijo único, ¿cómo tú lo ves?, mira él es un hijo que es feíto, lo maltratan, pero tú lo ves hermoso, tú vas a defender a tu hijo’. Este personaje no es cómico, no es como doña Yoco que por aquí que por allá, que es medio calzón flojo. No, esta mujer es tierna, dio su vida, no le puso padrastro al hijo por cuidarlo, entonces eso me gustó; hice la relación, no lo veía a David (Reinoso) como el Cholito sino a mi hija. Cuando yo actuaba veía a mi hijo único, al que iba a cuidar con mi vida, incluyo sentimientos ahí.

Miriam, cómo te marcó la dificultad para poder tener a tu hija.

Bueno, antes de irnos a Argentina teníamos las últimas funciones de las obras de teatro de El Juglar, y tuvimos un accidente. Nos chocamos contra un tráiler o un camión, yo llevaba a mi perra y salgo disparada al parabrisas, entonces la perra salta y yo me choco con la perra, se rompió el parabrisas y quedo la mitad así (colgada), si no fuera por la perra yo me hubiera matado. Entonces me llevan al médico, Me hicieron radiografías y todo, me hicieron creo que unas 60 radiografías, de la cabeza de todo, y me preguntan: ‘¿tú no estás embarazada?’ y no porque justo unos días antes yo me había hecho un test y me salió negativo. Bueno, pasó, me pusieron el cuello (ortopédico), estuve en tratamiento, unas inyecciones, no podía moverme y como al mes de eso empecé con náuseas, un dolor de cabeza terrible. Vamos al médico, el doctor me mira y me dice: no estás embarazada, seguro no estás embarazada y yo ‘no doctor, no’, y me manda a hacer un examen, sale positivo, el doctor me mira y mi mami me mira y no sabíamos cómo reaccionar. Me dice ‘tú sabes cuántas radiografías te hicieron’, mi mami le responde ‘como 60 y los eco y todo’. Me mira otra vez y dice ‘ese niño no te va a salir bien si es que que sobrevive. Yo ya no sabía qué hacer, mi mami lloraba, yo lloraba.

¿Por qué decidiste tenerlo con todo ese antecedente de riesgo?

No, yo no lo tuve, mi mami me dijo ‘mija, así no’ y el doctor me dice ‘te aconsejo esto’ y fuimos a la iglesia, pedimos perdón e hicimos el aborto clínico, esa fue la peor cosa en mi vida, es lo peor que te puede pasar porque no sé si no me cogía la anestesia o yo decía Dios mío a lo mejor me castigó, no sé, yo sentía todo, sentía como salía todo. Bueno, fue horrible y mi esposo me dice ‘yo sentí también’.

Era el dolor.

Sí, yo creo que era eso, el dolor. Bueno, entonces en unos meses nos íbamos a Argentina y mi mami me dice ‘no vayas a tener nada, cuídate, ponte la T de cobre, alguna cosa’, entonces voy al ginecólogo, me puse la T de cobre, nos fuimos, estuvimos cinco años en Argentina viviendo y regresamos. Bueno, ahora sí, ya regresamos graduados, vamos a tener un bebé, me saco la T, nada, nada, nada; entré a trabajar a SíTV, me acuerdo que en esa época incluso en SíTV te medían, te pesaban, te decían ‘usted mientras trabaja aquí no puede ni subir de peso ni bajar de peso, así tal cual entra, no puede quedar embarazada’. Entonces nos miramos mmm, y el director dice, ‘no, no’. Bueno, intentamos quedar y no podíamos. Hay gente que no le gusta ser mamá, pero hay otras mujeres que sí, yo era de esas, yo quería ser máma y en esa época que ya no podía empecé con una locura de comprarme los Pregcolor (pruebas de embarazo), yo veía a un niño recién nacido y lloraba. Entonces decidimos hacer un tratamiento.

Fuimos donde el médico a hacer un tratamiento, dos años estuvimos y el último año me dice ‘yo creo que tienes las trompas obstruidas, vamos a hacer una operación’ -en la clínica Alcívar- y todo el tratamiento fue carísimo. Entonces él me dice cuánto más o menos me cuesta, en esa época eran cinco millones, cinco millones de sucres, igual como teníamos unos ahorritos, dijimos vamos a hacerlo, pero justo me dio la cita en 15 días porque él se iba de viaje, ‘en 15 días te voy a hacer la operación’ y en el transcurso de esos 15 días empecé con unas náuseas.

Y se dio el milagro de la vida

Se dio el milagro, entonces ‘doctor estoy (embarazada), y no, de paso yo no más lo sentía porque nadie veía ’yo lo veo, yo lo veo’, ‘no está, no está'. Porque me hice un examen de sangre y me salió negativo y yo lo veía en el Pregcolor, entonces el doctor me dice voy a hacer un análisis en un laboratorio que sea confiable, me hizo, salió positivo y el otro negativo y el Pregcolor que nadie veía, me dice vamos a hacer el cosito ese que te hacen.

El eco

No le encontraban los latidos, ‘Miriam no estás’ me dice el médico, ya el llanterío, pero ‘yo sé que estoy, yo sé que estoy’, estuve como 45 minutos haciéndome eso, ponte así, ponte allá, distinto para que la barriga deje ver.

Hasta que aparezca, ¿se escondía?

Hasta que se escuchó, sha sha sha y ese latidito fue la cosa más hermosa, yo lloré, mi esposo, lloramos bueno y ahí se vino el milagrito.