Barcelona SC vs. Estudiantes por la Copa Sudamericana y el recuerdo de la mítica hazaña de La Plata de los toreros, con el gol bendecido por Dios

La hazaña de La Plata abarca una serie de datos históricos como la humillación que pasó el tricampeón de América Estudiantes de La Plata, el menosprecio de la prensa de Argentina a Barcelona SC, el remate del padre Juan Manuel Basurko con sus botines bendecidos por Dios, el legendario relato de radio Atalaya, la primera victoria de un equipo de ecuatoriano en suelo argentino, la emotiva canción al Padrecito y el estallido de alegría en las calles de Guayaquil.

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Hace 52 años se jugó este icónico partido entre Barcelona SC y Estudiantes de La Plata en la Copa Libertadores, pero ahora se reeditará por primera vez en la Sudamericana.

La hazaña de La Plata aún sacude al mundo

Por los playoffs del torneo continental, que entrega uno de los cupos a los octavos de final, será esta definición. El primer round será el martes 11 de julio, a partir de las 19:00, en el estadio Monumental Banco Pichincha; y la revancha el 18 del mismo mes (19:00 de Ecuador) en el estadio UNO Jorge Luis Hirschi.

Juan Manuel Bazurko y su gol con el “Botín Bendito” en La Plata

Se han registrado hasta el momento seis enfrentamientos: con cuatro victorias de Los Pincharratas y dos triunfos toreros.

Pero fue un partido el que pasó a la historia en 1971. En ese año, canarios y argentinos se cruzaron por primera vez en el prestigioso torneo de la Conmebol por el grupo A de la segunda fase, en la que el ganador de esta llave y la B pasaban a disputar la final del torneo.

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Había en Guayaquil y el país una enorme expectativa, porque Estudiantes llegaba a esta instancia con el membrete de favorito para ganar la Copa. Era el vigente tricampeón de América (1968, 1969 y 1970) y monarca en 1968 de la Copa Intercontinental -ahora Mundial de Clubes de la FIFA-.

Menosprecio de la prensa albiceleste

En el primer compromiso, los Pincharratas llegaron a la urbe porteña y se llevaron la victoria el 18 de abril con la anotación del artillero argentino Juan Miguel Echecopar Di Santo, en el estadio Modelo (ahora Alberto Spencer).

La prensa albiceleste menospreció al ídolo. La revista deportiva El Gráfico había publicado: “Barcelona es un equipo de tercera categoría, donde el maestro (Alberto) Spencer está jugando la última parada de su gran carrera goleadora”.

“(Estudiantes encaró el encuentro) Con la seguridad y serenidad del equipo que sabe lo que quiere. Que sabe que en ese tipo de confrontaciones no se gana sobrando aunque el rival sea de tercera categoría (...) Ya sé que Barcelona es un equipo de tercera categoría, pero el partido era allá, en Guayaquil, con las tribunas de Guayaquil y con los 35 grados de Guayaquil”, añadió el legendario medio.

Y el diario El Día de La Plata dijo: “Los ecuatorianos tienen fe en lograr lo que para la mayoría del mundo entero aparece como una especie de milagro futbolístico: llevarse los puntos de 57 y 1. Claro que la aspiración suena demasiado grande para sus posibilidades, ya que –hablando objetivamente– conforman un equipo de escasa potencialidad, de apenas discreta técnica y con numerosas e importantes falencias. Fuera de su tierra sinceramente no los vemos como adversarios de riesgo para ningún equipo con pretensiones, menos si se trata de una escuadra con el fogueo y la experiencia internacional de Estudiantes. Hoy los pronósticos indican que Estudiantes debe ganar con suma facilidad”.

El golpe al orgullo de Estudiantes

Con estos ácidos comentarios llegó a Argentina, la escuadra amarilla dirigida por el brasileño Otto Vieira, quien alineó con Jorge Phoyú, en el arco; Walter Cárdenas, Vicente Lecaro, Édison Saldivia, Luciano Macías, en la zaga; Pepe Páez, Jorge Bolaños; Miguel Ángel Coronel, en el medio campo; y Juan Basurko, Alberto Spencer y Washington Muñoz, en la ofensiva.

Ellos le hicieron frente a once que paró el mítico técnico juninense Osvaldo Zubeldia conformado por Flores; Paganini, Aguirre, Spadaro, Mejía; Echecopar, Tgoneri, Pachamé, Verde; Begnoni y Bruja Verón.

Tras un reñido partido, a los 72 minutos, el mediapunta Jorge Pibe Bolaños inició una veloz acción y mandó un centro para Spencer, quien desvió el balón con la cabeza para que ingrese al área chica Juan Manuel Basurko y defina ante la salida del portero Rubén Bambi Flores, silenciando el estadio de La Plata.

Los botines benditos

Los periodistas ecuatorianos que cubrieron este partido fueron el Rey de la Cantera Pablo Aníbal Vela y Jacinto Landázuri por radio Mambo; Guillermo Valencia León, por revista Estadio; Ricardo Chacón lo hizo por EL UNIVERSO; Manuel Kun, por el vespertino La Razón; y, Ecuador Martínez Collazo y Arístides Castro, por Atalaya, fueron quienes inmortalizaron la frase “Benditos sean los botines del padre Basurko”.

Prensa gaucha califica de hazaña

Los primeros en adjudicar el adjetivo hazaña al inesperado resultado fueron los propios periodistas argentinos. El periódico bonaerense La Razón, en su sección deportiva del 30 de abril de 1971, bajo el título de ‘Gran euforia en el vestuario de los ecuatorianos y abatimiento platense’, con una foto del recordado colega y amigo Arístides Castro entrevistando a Basurko, decía: “Una euforia desbordante presentó el vestuario de Barcelona a la finalización del partido. Y no era para menos, habían conquistado una verdadera hazaña deportiva al no solamente superar a Estudiantes, sino al quitarle su condición de invicto en su propio campo de juego”.

Tan vigente sigue la importancia de la hazaña de La Plata que el 18 de abril del 2022 El Tiempo, de Bogotá, publicó un bello reportaje titulado ‘El increíble cura futbolista que hizo un milagro en la Copa Libertadores’. ¿Hay algún otro gol en esa cita futbolera que se recuerde, tras más de medio siglo, con la veneración, entusiasmo y admiración que aún merece el de Basurko, el sacerdote que combinaba el púlpito y el estadio? Si alguien le hubiera avisado del tema a Gabriel García Márquez seguro habría escrito un artículo, un reportaje o un ensayo, pues la historia de Basurko es y continuará siendo un capítulo del realismo mágico futbolístico.

Lo que dijo el Padrecito

“Fuimos como víctimas y nos pusimos a defender, todos, hasta Spencer y yo. Ellos atacaban hasta con los defensas y a veces quedaban grandes espacios para contragolpear. Iban creo que 27 minutos del segundo tiempo; saca largo el portero nuestro, la toca Spencer de cabeza y me quedo solo con el Bambi Flores, que era el arquero. El Bambi me hace señas invitándome a que le pateara hacia un lado y tuve la sangre fría de tirarla hacia el otro”, comentó Basurko, finalizado el duelo.

Estallido de alegría

Mientras en el camerino del estadio de La Plata celebraban los canarios, en las calles de la urbe porteña la gente salió a pie, en bicicleta y hasta en autos a celebrar por este maravilloso triunfo sobre Estudiantes.

La canción al Padrecito

(D)