Es una enfermedad degenerativa cerebral en la que se pierden neuronas, se produce acumulación de una proteína anormal (amiloide) y muestra lesiones características (placas seniles y ovillos neurofibrilares).

Así describió el psiquiatra y neurólogo Alois Alzheimer, a este mal del que cada vez se conocen más diagnósticos en todo el planeta.

Con más de 46 millones de personas afectadas por demencia en todo el mundo, se estima que al 2050 habrán más de 130 millones de enfermos, de acuerdo con cifras de la Federación Mundial de Alzheimer.

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“Hay muchos factores que intervienen en esta enfermedad y uno de ellos es que como las expectativas de vida se han incrementado, las personas viven más y por ende vemos más pacientes”, asegura la doctora Erin Salazar, neuróloga del hospital general Luis Vernaza.

Está la predisposición genética, la herencia y un riesgo elevado en personas con cardiopatías, hipertensión, diabetes, obesidad y fumadoras. En el Luis Vernaza tienen identificados a 70 pacientes con alzheimer, de una edad media de 70 años. Pero sufrirlo no es solo tener demencia, aclara la especialista.

Si bien la queja de los familiares de pacientes que llegan a la consulta es que su familiar adulto mayor se olvida mucho (dónde deja el dinero, guarda cosas donde no es, no cierra los seguros), el trastorno de la memoria se acompaña de trastornos conductuales y funcionales como apatía, la depresión y la irritabilidad.

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Además, deja de hacer algunas cosas y tiene alteración de la macha. Todo esto porque el cerebro se lesiona, se hipotrofia, se achica en volumen, al morir las células de este.

Casa abierta de Alzheimer

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Este miércoles 19 de septiembre el hospital Luis Vernaza invita a la comunidad a una casa abierta por el Día del Alzheimer en la plazoleta de 08:30 a 12:00. Se expondrá sobre tratamientos, ejercicios de yoga, vías de rehabilitación, entrenamiento cognitivo, nutrición y apoyo al cuidador del paciente.

¿Cómo puedo prevenirlo?

Está muy documentado que si el paciente tiene mucha actividad cognitiva y física se va a deteriorar mucho menos si es portador de los genes de esta enfermedad.

Por eso, a los 30 o 40 años las personas deben tener el hábito de hacer ejercicio físico. La gimnasia cerebral, leer de libros de diferentes temáticas, aprender nuevos idiomas, resolver crucigramas, conocer nuevas palabras ayudan a mantener saludable el cerebro. “La lectura es el mejor alimento para el cerebro”, enfatiza la neuróloga Erin Salazar. (F)

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